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Mostrando las entradas etiquetadas como POEMAS

Relojes acuáticos

C abriolas en el agua y olor a porro fino. Niños que piden atención y padres que se los dejan a los canguros socorristas. Otros que se tiran de cabeza, bomba, de espalda, campeones de salto de longitud llegados del gueto. Unidos por la falta de urbanización y piscina comunitaria, los pobres, los extranjeros, los turistas, los que viven en el centro, remojan sus cuerpos doloridos. Los niños ansiosos, los que pasan de las normas, los que fuman a escondidas, los que beben ufanos en el chiringo del fondo, comunidad de inmolestados, donde el sol manda. Árboles y gorriones en comandita beben los vientos por nosotros, ignorantes a la otra fiesta del rampante verano.

Dormir en el agua

C uando mi madre me hablaba, creía que lo hacía en árabe. Palabras que se perdían en los aljibes de las casas encaladas. Ya no rezaban al mismo Dios, pero el azafrán en la alacena demostraba que alguien le enseñó a cocinar de esa manera. Somos como los judíos que desprecian a los árabes, una forma miserable de despreciarse a sí mismos. Viajeros en el tiempo que cuentan otra historia. La bárbara pobreza de nuestro tiempo. No importa querer ser como los americanos porque ya hemos olvidado lo que en verdad somos. Súbditos del Nuevo Imperio Británico tocados con sombrero mexicano. Y la verdad del espíritu que se encuentra en la última de las habitaciones de la casa de la abuela donde ánforas compiten con piedras preciosas de los Omeyas y libros que nadie leerá solo los fantasmas sin rostro que amaban las Mil y una noches.

La piel blanca

Vuelos chárter hacia ninguna parte cócteles con palmeras de plástico la Unión Colombiana de huestes marfileñas infusiones que desbordan el vaso dolores de barriga inermes los niños de colorines las canciones eternas los bailes de cadera se cimbrea Tintín en el Trópico policías bigotudos en la cabaña un duermevela machetes que enhebran la noche bestias de ojos brillantes Tarzán del Amazonas abrazos indígenas una biblioteca en Cartagena de Indias. En el catre todo parecía un sueño lleno de sudores y orgasmos las morenas prefieren verte desde arriba. No lo pienses mucho...

Certeza

Una rueda dentada que en el alba inventa mecanismos bocas nervadas plañideras de dulce acento puedo nombrar cien siluetas que se proyectan en el vertiginoso abismo del tiempo. No sientes nada cuando todo desaparece y los recuerdos no son tuyos prestados por otras personas ah bendita literatura que me presta la memoria y la humanidad. La vida se difumina rápidamente entre traiciones y mentiras. Entra y se marcha lo que era eterno.

¡Lentejas!

Solo un trozo trascendente como una mirada de soslayo que dice todo lo que uno esperaba. ¿De verdad nos hemos conformado con amar y ser amados en este pedacito de tierra? ¡L e n t e j a s!

Tarde de cine

  Más que nunca las películas de Bergman deben hacerse presentes como estigmas en las manos y aquellos que levitan en sus obras nunca mienten. Los ojos de una Medusa en las imágenes de Dreyer tan modernas como la IA el cinematógrafo es atemporal como los dioses que siempre vuelven al lugar del Parto. Las ovejas pastan en el cine polaco llena de grasa la lana de sangre la lanza Longinos. El señor Bendito tú eres Me haces especial Si no, solo esperando la muerte junto al surtidor de gasolina. Domingo de Fiesta Me llena de energía la gente. Nadie te busca porque tú no alcanzas a coser el ojal de la dicha Cine español enojado las casas de pueblo y las fuentes que brotan aceite espeso. Epíteto escaso. Todo queda lejos, menos el final.

Soy un perro (Videopoema)

Mediavida

Raparme, afeitarme limpiar la caspa de los hombros. Parecer aceptable. Escribir de forma universal. Tener amigos de otros países. Vestir juvenil, con algún tatuaje. No ser tan anticapitalista. Promocionarme. Ser cool. No parecer gordo, sino body positive. Abrazar la precariedad como oportunidad de crecimiento personal. No mirar al suelo no mirar al suelo no mirar al suelo. No conformarme con la soledad. No esperar que pase algo sino ir a buscarlo. Pero sobretodo aparentar que las cosas van bien sonreír parecer felíz animado. No se perdona la desesperanza sí la enfermedad mental como efecto colateral de esta clase de vida. Nadie se fija en ti todavía porque no haces nada raro. Mirar el móvil es normal aunque tengas 100 años. Subir al tejado para mirar la ciudad y al fondo las nubes. No mirar al suelo. No mirar al suelo. No mirar al suelo. Invertir en criptomonedas y arruinarte. Tu madre te dice que eres pesimista, como lo era tu padre. Lo raro es no serlo y querer refugiarse en el calor...

A NADIE LE IMPORTA

A NADIE LE IMPORTA que el verano se alargue ad vomitum y que a la vida le cueste tanto volver a arrancar como si la flor no deseara germinar por hastío del estío. Qué lata dan los Románticos con sus ansias de muerte cuando tienen fácil engullir hasta el colapso. Implota implota porque el Hivern nunca llegará... No es el Clima, eres tú la zorra del granero. Ponte una armadura en este revival medieval. Comunicarte sólo sirve para mentir. Caraalaluna con la camisa negra.

Miliki

Desde lo alto del trapecio ya no se oyen las risas que provocas, Miliki. Ahora son los magos que hacen desaparecer portaaviones los que eclipsan tu número, Miliki. Ten cuidado con los pirómanos ocultos que desean quemar tu circo, Miliki. Los niños no saben qué decir cuando les preguntas cómo están ustedes. Pero si te disfrazas de Cantajuegos se morirán de la risa. Pollito Pío Miliki. Hace tiempo que el chinito Tú soñó con apoderarse del mundo, y cada vez se encuentra más cerca, Miliki. En el coche de papá nos iremos a pasear el finde que nos toque tener la custodia, Miliki. Qué tristeza da no estar más delgado, sino Fofó... Miliki. Milikito y Fofito son la viva imagen del éxito y el fracaso, Miliki. ¿Cómo están ustedes?

BARES DE CONFIANZA

N o se puede ser cerebral mientras te comes un pincho de tortilla. No cabe la tristeza en el Bar de la Vida. Te queda solo un euro con veinte, casi 200 pesetas de antes. Un café torrefacto corto de leche en vaso largo la leche hirviendo azúcar no, con sacarina. Te lo sirven con espuma pero nadie dibuja nada en ella. Parroquianos habituales gente que no socializa como este poeta de pueblo. Se mezclan todos los grupos de edad, las chicas de oro que salen de gimnasia amigas jóvenes, un solitario que viene todos los días y aquel que siempre se sienta junto a la ventana, que no abandona su teléfono móvil, que describe la vida tan torpemente cómo puede, y que escribe de cine porque ya no quiere saber de otra cosa. Entrar en un bar está bien hasta para los que ya no se interesan por los otros y sus cosas. Yo lo pago, no, yo, que no, vale, tú, yo pago la próxima. Del bar de confianza, cuando ya no tengo dinero para otro café, me voy a pasear al chino. Miro con interés las banderas de España qu...

Te irás y se perderá tu voz

C omo un gato en un arenero o esos primos que no reconocemos. Eres la comadre que en la calle te pregunta y al momento te olvida con una barra de pan muerto. En la perfumería la chica hace un mohín del montón porque el mejor perfume del mercado hiede a cadáver de perro. No se cuele, señora, en la cola de la carnicería. Todos sabemos desde hace años que tu hijo es maricón. Sonreímos con los dientes podridos y vamos armados porque no nos fiamos de nadie. Te marcharás como si no se te hubiese perdido nada. Rastrojo y mierda. Berenice y lupanar. Me llaman antiguos enemigos que abusan de mi tiempo, ya viejos, olvidados, sin cariño. Laberinto de callejuelas, patio encalado viejas viejas viejas. Te irás y se perderá tu voz. Porque nada cuenta.