Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

No me quites nunca el derecho de alegrarme ni la obligación de entristecerme por las injusticias todo pasa pero no es excusa para no apurar la vida hasta el último hálito.

En las fiestas hasta el alba en los rostros apenas conocidos como un pasmarote disfrazado de monigote con un cubata atrapado en el hielo de un viejo nuevo día como un fantasma y un deseo alternativo dolorido pero acompañado por gente atrayente descubro que no tengo ese don de figurar en el escaparate de la vida y vivo aún escondido en la floresta y en las junglas birmanas con mi hermano y sus películas del pato Donald.