Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

Ni siquiera había sufrido una noche de pesadilla. Se había levantado como otro día cualquiera, se había mirado al espejo y no había sentido nada especial. Quizá le sangrarían las encías, ó aclararía la garganta con un gruñido. En el pasillo, su mujer arrastraba los pies, posiblemente no habría podido dormir bien. Ahora tendrían que vagar por las calles junto a cinco millones de congéneres en la búsqueda de cerebros frescos. Quizá irían al centro financiero, o a un polígono industrial. Los jefes habrían huido ya. Lo mismo quedaría un cargo medio, un encargado. No tienen vísceras de buena calidad, pero es lo que hay. Un tipo de mi barrio me ha dicho que en la Puerta del Sol se encuentran con cierta resistencia, por parte de un grupo de Vivientes que se hacen llamar 15M. Es extraño, dicen que junto a jóvenes estudiantes, lucha una Presidenta Regional, y el director de un banco famoso. Miro a mi mujer y nos dirigimos hacia allí, con la intención de rodearles y devorarlos. Quizá nos cueste,