Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

Estoy en una gran ciudad, podría ser Madrid en Sueños (MADENSU). Le propongo a un chico, que podría ser José Alberto, mi cuñado, Daniel de Levin o mi hermano , que cojamos el metro y nos vayamos a un pueblo cercano porque quiero enseñárselo. El metro es una mezcla de tren de cercanías y subterráneo, a ratos también autocar de línea. Llegamos al pueblo, una villa medieval grande, con iglesias empotradas renacentistas, plazas devoradas por la hiedra, todo muy húmedo y verde, como del norte. Yo ya conozco casi todos sus rincones, la he visitado en otros sueños, pero ahora estoy dispuesto a enseñársela a mi acompañante, que no se muestra muy entusiasmado. Entramos en una iglesia con sigilo. Dentro hay un coro cantando. Después, nos sentamos en unas sillas que hay delante de una tienda. Estoy felíz y relajado por estar allí, y así se lo comunico a mi acompañante. Es un placer tener una villa tan tranquila y bonita, cerca de Madensu .