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Mostrando entradas de agosto 5, 2014

LOS MAUSOLEOS - Microrrelato veraniego

En verano la gente está más muerta de lo normal. Bajan las persianas como si sus viviendas fueran mausoleos de cementerio. Los "rodríguez" se quedan en casa como enterradores. Y miran a sus vecinas desnudas por la ventana, deseando ser fantasmas que pudieran meterse en sus pisos sin ser detectados. El verano siempre tiene a un turista perdido en una rotonda de una urbanización de interior, que mira su mapa deshilachado, sin saber si pensarlo o contarlo en un wassap a su grupo de amigos.

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1. No era precisamente un inválido que estuviera limitado a las cuatro ventanas de su casa. Estaba casado, tenía otros hobbies. Corregía guiones, malas traducciones de telefilms alemanes. No podía vivir de eso, pero le servía para no oxidarse. Algunos días se sentía un detective privado, el protagonista de una novela negra. Pero había llegado el verano con su abulia de persianas bajadas. Una noche, una cortina se descorrió y pudo verla. Era una chica gordita, veinteañera, no la había visto nunca. Ella no era consciente de que él podía observarla detrás de la persiana semibajada de enfrente. La chica encendía la luz de la cocina, inconsciente. Quizá pensaba que en aquel patio de luces, no vivía nadie más, o que los vecinos estaban de vacaciones. No se sentía observada. Por eso, se quitó la camiseta y liberó sus grandes pechos. El "detective" lo anotó en su libreta. (Continuará) 2. 4 de ago, 20:21 - Juanma: El otro día, en Ikea, estuve ojeando un libro de poemas en sueco. No