Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

Arcade Fire es la representación de un fracaso. Lo explico. Cuando llegan estas buenas bandas y se las encumbra, no sólo por su potente y original directo, sino porque hacen buena música a secas, y se las sobrevalora sólo por eso, cuando tendría que ser lo habitual, es que algo falla en la radiofórmula y en lo que nos dicen que está de moda porque sí, porque se escucha mucho, porque vende. Y no es que Arcade Fire no sea comercial en el sentido de que nadie discuta de que por vender, de repente te conviertas en malo. Muse no son malos, y venden mucho, o cualquier otra banda de éxito masivo que toquen bien. Ellos mismos, los Arcade, dicen de sí mismos que suenan a Neil Young, y es cierto, esa voz es como la del canadiense un poco más joven, y sus temas crecen hasta hacerse grandes, ambientales y emotivos. Me gustan menos cuando se ponen country de saloon, más acústicos, más folkies, y personalmente me encantan cuando mezclan la electrónica con ese ambient-rock nórdico y universal que ll