Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

Y esto me recuerda a un poeta local cordobés de mi juventud, que solía vender sus libros de versos kitschs y costumbristas, sentado en una mesita en el Carrefour Zahira, casi desde cuando este local comercial se llamaba Pryca, "El Prica" pa´nosotroh. Creo que en una ocasión, mi padre o mi abuela le compraron un librito para regalármelo. Es una pena que ya no lo conserve. Y me acuerdo también de uno de esos personajes que pululaban por la Plaza de la Corredera de Córdoba, en este caso un poeta callejero, que vendía sus poemas fotocopiados por las mesas de los bares. Bueno, en realidad, pedía la voluntad. Así me siento, sólo que utilizando las nuevas tecnologías, quizá más tristes y solitarias que ir caminando por las calles, repartiendo propaganda de "Compro Oro" o de "Versos para ser vendidos"..