Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

No esperes nada de nadie y menos de gente muy ocupada un señor le da la mano a otro y éste a otro y así hasta el infinito pero nadie se conoce no saben el nombre del que tienen al lado. No esperes nada de nadie y todo serán sorpresas el día de tu cumpleaños una piñata llena de mojones de plástico, ay qué risa María Luísa. Un niño que aprendió a decir su primera palabrota : mamá puta mamá puta. ¡Lleven a este crío al psicólogo, rápido! Los traumas se llevan mejor con cheques al portador enciende las velas y vente al Parnaso. La menor fue obligada a bajarle la bragueta y el joven policía vomitó de asco al ver la fotografía. A estas horas ya no se puede salir a la calle. Dar los buenos días es peligroso, puede ser tomado como una muestra de debilidad. Hija mía, nunca seas educada, que te forrarán a ostias. En los botellones, sé la más guarra acuérdate de aquella palabrota que te enseñé, y lleva un cutter en la mochila, por si acaso. Todo invita a la agresividad el pitbull

Mas si coloco y retiro la estera cada día después de rezar a un alto dios oficioso, ¿de qué me sirve la pluma entonces si el registro no tiene común uso?. Cada tarde reniego de mi propio idioma me cansan las jotas y las erres, busco en el castellano antiguo y en sus primos hermanos peninsulares otras maneras de entender el mundo. El poeta busca palabras nuevas en su pobre vocabulario, espanta la soledad, mira dentro de sí, escarba pero sólo encuentra tapón e ignorancia. Yo no soy León Felipe ni Blas de Otero y la Real Academia de la Lengua da síntomas de extenuación con tantos anglicismos incorporados. La tecnología con sus lucecitas de colores me remite a las grandes pantallas que un Lorca del siglo XXI admiraría en la Times Square de ahora donde poetas raperos con pequeñas cámaras incorporadas a sus gorras de los NY Nicks, recitarían a los niuyoricans porque Allen Ginsberg está pasado ya de moda y con su grito se lucran las revistas de tendencias y las webs de citas y las