Juan Manuel Santiago León / ARTE DISPERSO

De joven yo quería ser relevante y hablar en público, explicar cosas varias como si impartiera conferencias, lo que hacen ahora los coach en vídeos de youtube . Recuerdo que me hacía sentirme importante hablar delante de mis compañeros de clase, o cuando me hicieron delegado efímero de 8°B, porque un cura detestable me obligó a dimitir y me echó de clase por ser un poco Pablo Iglesias de la época. Otro cura psicópata, al que llamábamos Hitler , me vio llorando en  el pasillo, y como parece que tenia buen concepto de mí, trató de consolarme. La extrema derecha violenta en ayuda de la izquierda revolucionaria. No era mal profesor, sólo se le iba la olla con los castigos físicos. Pero yo aprendí bastante inglés con él. Me encantaba escribir redacciones y leerlas en voz alta para probar si los compañeros se reían. Y en 1° de Bup dibujaba caricaturas de los profesores que tuvieron algún éxito. Todo lo hacía por destacar y ser popular. Era la única manera de ser alguien entre la mediocrida

Su mujer le prohibió hablar a las multitudes por eso decidió volverse loco y gritar sin sentirse responsable. Agarró un bate y se dispuso a golpear a todos los ineptos destrozó los coches de los antidisturbios insultó a los ladrones se hizo amigo de lo animales se fue al campo a idolatrar a los árboles. Después regresó a la ciudad y se prendió fuego. Hoy nadie le recuerda..

Llegan los martes Pasan las semanas Avanza otro martes Piensa en la muerte Tan próxima Se acuerda del río Del amor de su madre De un semáforo en una esquina determinada Llega otro martes No ha llorado demasiado El vértigo más fuerte que si estuviera Sobre una montaña La lluvia no arrecia Hay poco a lo que agarrarse Los días de fiesta Levantarse temprano Escuchar la radio Contestar el correo La vida moderna es sólo estrato Y mañana será martes de nuevo..