Quizá sea mejor así, una obra perdida, quizá la mejor que haya hecho nunca. Desaparecida para siempre. Como las cosas obsoletas tan queridas y valiosas. Ahora que voy mucho en el metro veo a la gente pegada a su móvil. Pocos leen libros o revistas, pocos miran más allá de sus pantallas. Incluido yo. Yo soy como todos, masa. Un cuerpo que se transporta. A veces me viene un ataque de lucidez en el que recupero mi identidad y me pregunto qué hago aquí. ¿Cómo me verán los demás, la gente del trabajo si yo mismo no me reconozco?. ¿Qué transmito?. Me ven como alguien tranquilo, con acento "extremeño". El tiempo pasa a un ritmo acelerado. La gente envejece y muere de repente. Vamos desapareciendo y el mundo sigue. No pasa nada. Este hueco lo llenará otro. Todo está en el aire y acabará cayendo a la tierra. No importa quién hayas sido. Solo hay veinteañeras estupendas, pero ya no importan. Soy un señor mayor o maduro escribiendo en un móvil. Todo está en el aire.
N o la conoces pero ella sabe tu nombre. Es de esas personas por las que muchos morirían o se matarían. No es sobrehumana tiene defectos pero deja una marca que cuesta borrar. Es una reina que no ejerce pero se encuentra con súbditos por todas partes. Practica una suerte de hipnosis o de sortilegio oculto palabras en un idioma que solo ella susurra en tu oído. Tranquiliza saber que esta alegría este sufrimiento es ampliamente compartido. Me he propuesto disfrutar de su presencia mientras dure el hechizo. Porque mañana no estará ni habrá posibilidad de conocer su paradero. Somos varios los que nos encontramos en un lugar secreto, y al decir un código que todos hemos pactado, deseamos que ella haga acto de presencia. Pero solo nos queda la leyenda. A D.
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