Hubo un tiempo en el que buscaba leer prosa arriesgada o experimental, con referencias y modos metalingüísticos, o sacados de otros géneros como el cine, la tv o internet. Pero no todo el mundo puede, ni debe, ser Roberto Bolaño. De Pablo Gutiérrez no sabía nada, no conocía sus libros anteriores. Me dejé motivar por el texto de las solapas, y lo agarré de la estantería de la biblioteca del pueblo. Craso error. Hoy lo devolveré sin terminarlo, aburrido. La historia, demasiado fragmentada y coral, no parece concluir nunca. El personaje principal, Marco, recién desempleado y con ínfulas de artista, con el cual pude vagamente haberme sentido identificado al principio, va desgranando sus orígenes y exrravagancias, mezclando su trayectoria con otros personajes que forman el medioambiente de su actual vida limitada y sin horizonte. Pero, ¿adónde nos quiere llevar el autor?. ¿A mostrarnos su ingenio y dominio del espacio-tiempo?. No engancha, aburren esos saltos. Quiero buenas historias, personajes que tengan fundamento y agarre. Que vayan a alguna parte. No me vale la pretensión de crear un fresco social y antropológico de una época de crisis. Cuéntame algo que no sepa. Con pena, lo devolveré esta tarde..
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
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