1. Como me dijo un día un antiguo amigo cordobés llamado Pedro (qué suerte he tenido por tener tan sabios amigos) : -"El hombre ha dejado de ser el buen animal". El taoísmo, el budismo, el tantra, es filosofía casi deconstructiva, porque te lleva al origen, a la raíz, te libera de ser humano y te aproxima al estado perfecto de la criatura, renegando en parte de la evolución. Es fácil decir : libérate de la mente y el ego, vive el presente, no proyectes, fúndete con el universo. El Tantra argumenta que ese estado lo puedes practicar entre el ruido y la furia de tu realidad, de tus deseos, y trascenderlos. No haría falta meterse en una cueva ni convertirse en monje para practicar ese ascetismo vital. Lo encontramos también en los sufíes musulmanes, en los cristianos místicos como San Juan de la Cruz. No todo era espiritualidad espartana, sino que existía un componente hedonista, de celebración de la vida. Pero es cierto, que en el transitar de nuestro existir, necesitamos momentos de retiro y otros de ritual colectivo, de ceremonia. Funerales, bodas, bautizos, iniciaciones a la madurez. Quizá sean estas nuestras formas de ser aquel buen animal..
2. La comunicación siempre será imposible porque el pensamiento es palabra. Se vuelve al útero y al silencio cuando se muere. Quizá la meditación y la paz interior nos acerque durante unos momentos a ese estado puro, a esa imposibilidad de trascender que es vivir, pues los sentidos y las emociones, puro instinto de supervivencia, nos lo imposibilita. Parar el pensamiento, detener el ruido mental que es sufrimiento, y las emociones cuyo origen es la palabrería psíquica : la envidia, la ira, el odio etc.., que sólo ocasionan dolor, quizá sea lo único que logremos alcanzar en una vida. Y ya es mucho.. Cuando aprendamos a amar de verdad y desvanecernos en el Amor, aboliendo el egotismo, el individualismo. Como siempre me ha dicho otro amigo muy querido de Córdoba, llamado Antonio : "Tenemos la obligación de ser felices"..
2. La comunicación siempre será imposible porque el pensamiento es palabra. Se vuelve al útero y al silencio cuando se muere. Quizá la meditación y la paz interior nos acerque durante unos momentos a ese estado puro, a esa imposibilidad de trascender que es vivir, pues los sentidos y las emociones, puro instinto de supervivencia, nos lo imposibilita. Parar el pensamiento, detener el ruido mental que es sufrimiento, y las emociones cuyo origen es la palabrería psíquica : la envidia, la ira, el odio etc.., que sólo ocasionan dolor, quizá sea lo único que logremos alcanzar en una vida. Y ya es mucho.. Cuando aprendamos a amar de verdad y desvanecernos en el Amor, aboliendo el egotismo, el individualismo. Como siempre me ha dicho otro amigo muy querido de Córdoba, llamado Antonio : "Tenemos la obligación de ser felices"..
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