Después de conocer la noticia, ocultada durante largo tiempo, de que su padre había fallecido, Alberto Arlt decidió salir a la calle sólo con un hatillo y una cocacola. Todo empezaba a cuadrar en su cabeza ; su madre y sus hermanos habían sellado un pacto de silencio durante unos años para esconderle que su padre había muerto, pero al final, este hecho había salido a la luz. Por no hacerle daño, incluso habían contratado a un doble de su progenitor, y se habían inventado prolijas y elaboradas mentiras para hacerle creer que su padre todavía seguía en este mundo. Cuando descubrió la verdad, no pudo perdonarles. Abrió la puerta de su casa y se marchó para no volver. Viviría como un vagabundo, para que su familia nunca hallase su paradero.. (continuará..)
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
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