Después de conocer la noticia, ocultada durante largo tiempo, de que su padre había fallecido, Alberto Arlt decidió salir a la calle sólo con un hatillo y una cocacola. Todo empezaba a cuadrar en su cabeza ; su madre y sus hermanos habían sellado un pacto de silencio durante unos años para esconderle que su padre había muerto, pero al final, este hecho había salido a la luz. Por no hacerle daño, incluso habían contratado a un doble de su progenitor, y se habían inventado prolijas y elaboradas mentiras para hacerle creer que su padre todavía seguía en este mundo. Cuando descubrió la verdad, no pudo perdonarles. Abrió la puerta de su casa y se marchó para no volver. Viviría como un vagabundo, para que su familia nunca hallase su paradero.. (continuará..)
E l día que me ponga en serio a escribir, no va a quedar ninguna ubre llena, ni un ojo invadido por hormigas los colores de la vida blanco rojo y marrón serán la tinta de mi pluma no regresaré a la niñez más que una vez para visitar la infancia de mi padre como un viajero del tiempo. Me han engañado muchas veces me he peleado demasiado pocas he besado a escasas mujeres en la boca. Pero el día que me ponga a escribir de verdad empezaré a vengarme de la vida. Llamaré puta a la que es puta e hijo de al que fue amamantado con estiércol. Arrastrarme por el fango arrojarme desde un puente del Sena. No tiene sentido quedarme esperando sentado cuando tantos monstruos desfilan delante de mi vista. Yo no puedo seguir siendo bueno ni tal mal escritor un ser asqueroso generoso bondadoso piedras que hieren mis tobillos. He llorado demasiado con tus miserias y nadie me ha querido. Convertiré la tristeza en desprecio el perdón en ira la compasión en odio. ¿Por qué no me has amado? Ganas de golp...
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