A 5 centímetros del capó de un coche
tendría que haberme tirado
simular un atropello
para ganar dinero y retirarme por un tiempo.
Sé que no entra en la cabeza
la idea de que no tiene que existir el trabajo
ni los chillidos de una vieja,
esta mañana un señor sangraba por la cabeza
en la entrada de un banco
dos personas le ayudaban y le prestaban pañuelos
pasé de largo
camino del trabajo
no podía pararme
llegaba tarde y tenía que cumplir con mi obligación sangrante.
El trabajo os hará libres,
decía un cartel en las puertas del infierno
más libre me harán las apuestas de las carreras
si gano mucho, si no pierdo demasiado.
He bebido sorna y he comido estupor.
Qué rápido puedes perderlo todo.
Aférrate a lo práctico
porque si no, acabarás abusando
del que tienes al lado
y el peor pecado es ser una carga para alguien.
Quítame de enmedio cuando no pueda valerme por mí misma,
me dijo mi madre,
con nuestro dinerito nos ingresaremos en un asilo
vosotros seguid con vuestras vidas.
Mamá, si tu supieras lo vacías que están a veces,
no me dirías eso,
permitirías que en vuestra vejez,
yo estuviera a tiempo completo con vosotros,
porque poco de lo que hay afuera vale la pena.
Las vidas ajenas son tenaces
siguen sus rutinas aquí y en el extranjero.
Desde una ventana, el universo también es mío.
Todos mis amigos están lejos
pero trabajo con extraños, con enemigos insondables.
A merced del huracán diario
me arrodillo y beso el parqué del suelo.
Porque no tiembla, y eso ya es algo.
Uf, Juan, uf. Hay tantas cosas que me hace sentir/pensar... que al final me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarUn beso.