Atacado por la lumbalgia, hago más lento el caminar,
cada paso es doloroso, en las azoteas los viejos bailan.
El paisaje se ufana en reconocerse
hay ladrillos más vagos
y torres menos altas.
El cantar es conocido
los nervios se recomponen
las estrias se hacen surcos
la agricultura es el paraíso del caminar.
Pájaros de trinos rimbombantes
sacan el sol de su lupanar.
Son hijos de la oscuridad
y de la luz padres olvidadizos.
En las montañas he conocido a un amigo,
nunca me sacaron los ojos sin antes preguntarme mi opinión.
Dolor de riñones el que salva a los dioses
de tener que morir sin conocer la llanura.
Una vez fuimos salvajes
y el rito lo era todo.
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