Lutero
El Cardenal Emérito de Milán, Carlo María Martini, un conocido jesuita crítico con la Iglesia, no entiende por qué Dios hizo sufrir a su hijo en la Cruz. Es un prelado que cuestiona la utilidad del celibato hoy en día, y la prohibición del uso del preservativo, un verdadero reformador católico. También alaba la figura de Lutero, y pide al Vaticano que reforme aquellas cuestiones que ya pedía el líder protestante.
Si Lutero no hubiera encontrado, en su visita a Roma, una Institución decadente y corrupta, el buen monje alemán quizá no habría fundado una nueva rama del Cristianismo. Aunque se acabó mezclando la religión con la política, el problema de la Iglesia Católica siempre estuvo en su capital terrenal. Que mande un Papa-monarca, un rey religioso, un César sobre los restos del Imperio Romano, que ha intervenido en los asuntos políticos de otros estados (que se lo pregunten a Juan Pablo II si no), legitima cualquier intento de separatismo religioso actual o desde la baja edad media hasta el presente, como los cátaros, arrianos, ortodoxos, luteranos, evangélicos, etc.. Me fascina la libertad de interpretación religiosa de los pastores particulares, aunque a veces represente una jaula de grillos un tanto caótica, además de sectarismos y fanatismos provocados por la interpretación literal de la Biblia. Pero prefiero que no haya intermediarios entre el hombre y lo trascendente.
Lutero y Calvino volvieron a los primeros tiempos del Cristianismo, cuando no existía un Imperio Romano Católico que impusiese su visión geoestratégica. Y yo aportaría otra cosa más : que no sea necesario congregarse de ninguna manera, retomando algo parecido al Jesús Personal Yanqui, pero sin convertirlo en marca registrada, cada uno en su casa con su particular creencia y práctica.
El Cardenal Emérito de Milán, Carlo María Martini, un conocido jesuita crítico con la Iglesia, no entiende por qué Dios hizo sufrir a su hijo en la Cruz. Es un prelado que cuestiona la utilidad del celibato hoy en día, y la prohibición del uso del preservativo, un verdadero reformador católico. También alaba la figura de Lutero, y pide al Vaticano que reforme aquellas cuestiones que ya pedía el líder protestante.
Si Lutero no hubiera encontrado, en su visita a Roma, una Institución decadente y corrupta, el buen monje alemán quizá no habría fundado una nueva rama del Cristianismo. Aunque se acabó mezclando la religión con la política, el problema de la Iglesia Católica siempre estuvo en su capital terrenal. Que mande un Papa-monarca, un rey religioso, un César sobre los restos del Imperio Romano, que ha intervenido en los asuntos políticos de otros estados (que se lo pregunten a Juan Pablo II si no), legitima cualquier intento de separatismo religioso actual o desde la baja edad media hasta el presente, como los cátaros, arrianos, ortodoxos, luteranos, evangélicos, etc.. Me fascina la libertad de interpretación religiosa de los pastores particulares, aunque a veces represente una jaula de grillos un tanto caótica, además de sectarismos y fanatismos provocados por la interpretación literal de la Biblia. Pero prefiero que no haya intermediarios entre el hombre y lo trascendente.
Lutero y Calvino volvieron a los primeros tiempos del Cristianismo, cuando no existía un Imperio Romano Católico que impusiese su visión geoestratégica. Y yo aportaría otra cosa más : que no sea necesario congregarse de ninguna manera, retomando algo parecido al Jesús Personal Yanqui, pero sin convertirlo en marca registrada, cada uno en su casa con su particular creencia y práctica.
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