Ayer por la noche soñé que me encontraba en casa de mi tío Pepe, conocido por Beethoven en Córdoba, por sus largos años dedicados a la música popular. Llevaba largas melenas de hippie, colgantes, gafas antiguas y arrugas de sabio. Él me hablaba del apellido familiar, Santiago, y yo le preguntaba si sabía de dónde procedía el nombre. Me respondía que claro que lo conocía : de Lisboa, que está lleno de Santiagos. Me quedaba a cuadros y en ese momento, me despertaba.
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
wajajajajajajaja!! Extraña morriña onírica la tuya!! jejejeje
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