Ayer por la noche soñé que me encontraba en casa de mi tío Pepe, conocido por Beethoven en Córdoba, por sus largos años dedicados a la música popular. Llevaba largas melenas de hippie, colgantes, gafas antiguas y arrugas de sabio. Él me hablaba del apellido familiar, Santiago, y yo le preguntaba si sabía de dónde procedía el nombre. Me respondía que claro que lo conocía : de Lisboa, que está lleno de Santiagos. Me quedaba a cuadros y en ese momento, me despertaba.
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
wajajajajajajaja!! Extraña morriña onírica la tuya!! jejejeje
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