Queridos hermanos :
Antes que nada, agradeceros que estéis ahí, de la manera que sea, de forma sólida o gaseosa. Para Dios no hay presencia inútil ni vacía, y todo sea por reconfortar o escuchar las cuitas de las personas. Ahora mismo no tengo una biblia delante, por lo que no voy a leeros ningún pasaje bíblico. En realidad, sólo me acuerdo de las catequésis de mis tiempos infantiles en el colegio de los Franciscanos de Córdoba.
De la confusa Trinidad Católica y de la película La última tentación de Cristo, que recoge una visión gnóstica de Jesucristo.
Pero a mí lo que de verdad me atrae es la libertad del hombre piadoso para crear su iglesia y su púlpito. Todo sea por comunicarnos sin intermediarios.
Continuará...
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