Nada más lejos de mis gustos que el country y el folk americano. Pero un día me decidí a sacar un cd de Jewel de la biblioteca, que es lo que hacemos los pobres, y me sorprendió. En realidad, Jewel se sabe vender a sí misma muy bien, rubia, guapa, sanota sureña, voz potente y llena de matices, un bombón. Me llamó la atención en el disco anterior, con aquel clip irónico en el que parodiaba a las estrellas mtv-ianas y sus campañas de promoción, y su transformación en reina de la música disco-pop, proveniente del country-folk más ecléctico.
Lo mejor para mí de esta obra es la canción-río que nombra al disco, Adiós, Alicia en el país de las maravillas. La letra es propia de una cantautora en transición, que no sabe por donde tirar, que está madurando, que se ha caído del guindo y ha perdido mucha de su sanota ingenuidad. A la guapa rubia le rompieron el corazón y saca un poco de rabia, no mucha. Está aprendiendo de qué va este negocio y lo expresa en una canción muy bien producida, que mezcla su registro country con arreglos muy beatles. Hay dos o tres canciones brillantes en este disco, las que mejor combinan el espíritu country sureño de voz desatada con ritmos más poppies. Quiero ver a esta mujer dentro de 20 años, con más sabiduría y más palos pegaos, porque sus canciones serán espectaculares.
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