Ahora habrá que agradecerle a José María Aznar que unificara a la derecha y a la ultraderecha española en un mismo partido, pues por lo que se ve, existen otros grupos de radicales racistas y xenófobos fuera del PP, y gracias a dios, muy divididos y sin fuerza real, que intentan aprovecharse del desconcierto producido por los sucesos del anterior fín de semana en Alcorcón para activar su discurso Anti-Inmigración y situarse en el escenario político. Son grupos antisistema, muchos de ellos violentos, formados por descerebrados y fanáticos que intentan malmeter y sembrar cizaña, odio y miedo del español hacia el de fuera. En todos los países hay problemas de convivencia entre los nativos y los foráneos, distintas actitudes y costumbres que no siempre coexisten bien, eso es real y no es bueno que el catecismo actual de lo políticamente correcto censure la verdad de los conflictos de barrio entre ciudadanos españoles y extranjeros. Pero son sólo conflictos que deben atajarse, no guerras racistas ni un ambiente de atroz delincuencia e inseguridad creado por la llegada de los inmigrantes. Eso sería seguir el mismo camino de Flandes, Holanda, Austria, Francia etc.., donde partidos de ultraderecha han crecido en votos por explotar el miedo al otro. Lo que falla es la integración y la educación, el reparto de la riqueza, la igualdad de oportunidades. Es lógico que si aumenta la población en poco tiempo, aumente también la delincuencia, estadísticamente es así, pero la inmigración está formada por personas de todos los colores y comportamientos, buenos, malos y regulares. Lo que no podemos hacer es dejar que los neonazis campen por sus respetos entre los huecos de nuestra democracia y nos intenten convencer de la ley del ojo por ojo, que debemos defendernos de una invasión y similares intoxicaciones cerebrales. Que no nos manipulen más, basta ya.
N o la conoces pero ella sabe tu nombre. Es de esas personas por las que muchos morirían o se matarían. No es sobrehumana tiene defectos pero deja una marca que cuesta borrar. Es una reina que no ejerce pero se encuentra con súbditos por todas partes. Practica una suerte de hipnosis o de sortilegio oculto palabras en un idioma que solo ella susurra en tu oído. Tranquiliza saber que esta alegría este sufrimiento es ampliamente compartido. Me he propuesto disfrutar de su presencia mientras dure el hechizo. Porque mañana no estará ni habrá posibilidad de conocer su paradero. Somos varios los que nos encontramos en un lugar secreto, y al decir un código que todos hemos pactado, deseamos que ella haga acto de presencia. Pero solo nos queda la leyenda. A D.
No comprendo porqué la gente vive en Madrid, si parece que a casi nadie le gusta. Y no me extraña, coserte a hostias te puede pasar en todos sitios, pero que sea como cotidiano debe escocer más. La seguridad ciudadana no se lleva a cabo con una gran presencia policial, sino con la aplicación de unas leyes justas,fuertes y coherentes. España es un chiste en ese sentido, y los violentos se imponen en determinadas situaciones. Creo que el presupuesto de Justicia deberían gastarlo en cualquier otra cosa, desmantelar los juzgados, las comisarías y las cárceles, y vender muchas armas..cada uno que se busque la vida, como ahora, pero sin tanta mierda absurda de por medio. ¿Por qué debo respetar unas leyes estúpidas de una sociedad de mierda? Para eso mejor la ley del talión, y que se joda el más débil, que de todas formas es lo que ocurre ahora.
ResponderEliminarbueno, mirmano, en verdad no es para tanto, lo q pasa es que entre los medios sensacionalistas y los políticos han creado un clima de inseguridad y tensión innecesaria.la gente no convive mal en madrid, la cuestión es que no hay que hacer q los conflictos de la convivencia se conviertan en tumultos xenófobos por el miedo y la ignorancia. ni ingenuidad ni tampoco racismo exagerado.
ResponderEliminarpero hay multitud de puntos de vista, unos demasiado esquivos y otro demasiado alarmistas
ResponderEliminar