El placer de sentirse parte de la ropa de cama,
La teta cuelga ausente.
Vive el gusiluz en un túnel oscuro.
Quieren los payasos
celebrar tu cumpleaños
en una tubería de unos grandes
almacenes.
Mas te enamoraste de la monitora de tu hijo
porque nació un poco antes.
Se agosta la luz
y te sientas en la pileta.
De una esquina de la cornisa
una araña te hace burla.
No puedes desear otra cosa
que volverte adolescente
y gritarle a tu madre.
En los locales de barrio
donde se celebran eventos
infantiles
quiero ser el secuestrador
de jóvenes mamás inmigrantes.
Sospechoso de todo
en fín, solitario
quise ser de verdad un malo.
Como iba diciendo,
el placer de formar parte
del ajuar de una novia
las prendas bordadas en oro
bien dobladitas
por las frágiles
titubeantes
diminutas manos
de una abuela
que no olvidó
ser madre.
Tose un hombre detrás
de una sombra.
Observa el descolorido mantel
las migajas recién colocadas
el altar de los padres
las cenizas desperdigadas
por el interior de un cajón.
Recuerda un pañuelo blanco
sobre el rostro de un cadáver.
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