Recuerdo que en Hamburgo, en una zona de foodtrucks, me sorprendió escuchar a una pareja mexicana hablar en perfecto alemán con uno de los que vendían hambuguesas, y que me miraban con cierto aire de superioridad cuando le hablaba con mi inglés español al mismo cocinero germano, que me juzgaba menos severamente que nuestros hermanos hispanoamericanos. Me acuerdo con cariño de que casi por primera vez, dejé de lado nuestro mítico sentido de inferioridad, y me comporté con naturalidad, hablando con italianos, alemanas y gritando en español cuando me daba la gana. Si los ingleses y alemanes son ellos mismos en las costas españolas, ¿por qué nosotros tenemos que cortarnos cuando vamos al extranjero?. ¿Es que nuestro idioma y carácter se merece menos?. ¿Es que asumimos en cierta forma nuestra inferioridad cultural y económica?. Usa tu inglés nivel medio sin miedo, ese que tenemos la mayoría de españoles de 35 años en adelante.
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
Comentarios
Publicar un comentario