Un teleoperador se da cuenta pronto de que la naturaleza humana es rastrera y desagradable. Sea el empresario que lo contrató como el cliente al que atiende. También el compañero que tiene al lado. Y no nos olvidemos de los supervisores. Además, da la sensación de que a nadie le gusta su trabajo, nadie está ahí porque le fascine el teléfono ni aguantar las broncas de clientes insatisfechos. Por eso todos están siempre hablando de sus vacaciones. A expensas de caerle mejor o peor a la coordinadora que parte el bacalao. Los liberados de la UGT y de la CCOO versus los de la CGT, más implicados en las cuitas de los empleados.... (Continuará algún día, cuando ya no tenga que trabajar de teleoperador)
N o la conoces pero ella sabe tu nombre. Es de esas personas por las que muchos morirían o se matarían. No es sobrehumana tiene defectos pero deja una marca que cuesta borrar. Es una reina que no ejerce pero se encuentra con súbditos por todas partes. Practica una suerte de hipnosis o de sortilegio oculto palabras en un idioma que solo ella susurra en tu oído. Tranquiliza saber que esta alegría este sufrimiento es ampliamente compartido. Me he propuesto disfrutar de su presencia mientras dure el hechizo. Porque mañana no estará ni habrá posibilidad de conocer su paradero. Somos varios los que nos encontramos en un lugar secreto, y al decir un código que todos hemos pactado, deseamos que ella haga acto de presencia. Pero solo nos queda la leyenda. A D.
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