Viajar con la mente, ya que por el "laboro" no puede uno hacerlo presencialmente. Italia siempre presente. Una amiga estuvo en Napoli e Ischia, las noticias hablan de la tragedia del puente de Génova, las canalladas de Salvini (que no salva a nadie) y un libro sobre Trieste, quizá la ciudad menos italiana de toda la bota, y que siempre me llamó la atención en las entrevistas de El País a Claudio Magris. Argentina, ese país de italianos que hablan español. Etiopía, Libia, países que fueron improbables colonias italianas en tiempos de Mussolini. Los mil dialectos que si se hablaran en España, los políticos los habrían convertido en lenguas oficiales. Algunos más cercanos al castellano que el oficial toscano; el siciliano, el véneto... Penélope Cruz que podría pasar por italiana, moviendo mucho las manos al hablar. Y nuestro Battiato, ese gurú siciliano que quiere vernos a todos danzar (como derviche tourvel que gira...)
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
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