Aquella vez, todas las palabras pensadas
me llevaron a una sola persona, mi abuela.
1936
una guerra cruenta
caen las bombas
se agrieta el hueco de una escalera
mi tío abuelo es un bebé
un vecino muere reventado.
1943
Un torturador cordobés
sorbe un limón
mientras el rostro del rojo se pone azul
suenan tiros en la calle
es una falsa alarma.
1987
Nunca me gustó la miel
detesto las cosas que me miran a los ojos
ni gambas ni caracoles
primera borrachera
con cerveza caducada.
1995
Le colgaba las cortinas
en uno de sus pisos de alquiler
sin embargo, no nos invitaba a comer
por no manchar la cocina.
2009
Mi madre le lía los rulos
mi tío el pequeño escribe poesía fácil
y me cuenta su nueva teoría
para arreglar España y el mundo.
2015
Hace 30 años que falleció mi abuelo
y el procesador de textos se vuelve loco.
El correo electrónico abre ventanas sin ton ni son
y decide enviarse solo
un poema inacabado.
Hoy he estrellado un móvil contra el suelo
y sin quererlo, le he hecho un homenaje a mi otro abuelo borracho
a mi padre iracundo y maltratado
a la posguerra que fue muy jodida para el pueblo llano
a las mujeres llenas de hijos sin desearlos
a los curas partebocas
a las batallas campales entre bandas de chicos
a las puertas con la madera hundida por los puñetazos...
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