1. Esta mañana he cogido el coche y he conducido hacia Valdilecha, un pueblo cercano. Tiene un par de ermitas y una iglesia, bastantes cuestas y miradores desde donde se ve el valle y algunas colinas. He comprado El País (casi siempre agotado allá donde vayas), y un par de dulces para otra persona en una panadería-colmado de pueblo, y cuando he logrado arrancar con seguridad el coche, aparcado en una afilada pendiente, he salido de Valdilecha, seguido a prudente distancia por un coche de la Guardia Civil, que ha llegado hasta la rotonda donde acaba el municipio, (debe ser costumbre escoltar a los inquietantes forasteros). Qué gran aventura dominguera..
N o la conoces pero ella sabe tu nombre. Es de esas personas por las que muchos morirían o se matarían. No es sobrehumana tiene defectos pero deja una marca que cuesta borrar. Es una reina que no ejerce pero se encuentra con súbditos por todas partes. Practica una suerte de hipnosis o de sortilegio oculto palabras en un idioma que solo ella susurra en tu oído. Tranquiliza saber que esta alegría este sufrimiento es ampliamente compartido. Me he propuesto disfrutar de su presencia mientras dure el hechizo. Porque mañana no estará ni habrá posibilidad de conocer su paradero. Somos varios los que nos encontramos en un lugar secreto, y al decir un código que todos hemos pactado, deseamos que ella haga acto de presencia. Pero solo nos queda la leyenda. A D.
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