Ella pertenecía a una nueva generación de musas, increíblemente perfectas. Cultas, modernas, poliglotas, científicas, escritoras y muy fotogénicas. Aunque no lo pretendían, te hacían sentir mal. Yo no medía dos metros como mi primo el cantante de ópera. Ni era el batería de una banda de rock progresivo exitosa. Me dedicaba a espiar a los nuevos talentos como un fan grillado. Todo lo que creía que me faltaba lo proyectaba en aquella a la que había elegido como mi nueva musa : Miss Tulane, la poetisa underground de moda. Seguía todos sus eventos anunciados en facebook y trataba de asistir a sus recitales clandestinos en naves industriales abandonadas. Allí, Miss Tulane se colgaba de unos ganchos que le atravesaban la piel, y recitaba versos violentos mientras chorreaba sangre. Pero ella nunca me aceptó como su esclavo sumiso porque no pertenecía al círculo más íntimo de sus amistades. Sé que a mi vida le falta algo. Quizá no tengo autoestima. Por eso la sigo a ella. Dedico todo mi tiempo a adularla, algo que nunca falla si quieres que la protagonista de alguna cosa cuente contigo. Estoy aprendiendo Muay Thai para conseguir convertirme en su guardaespaldas, pero sé que llevará tiempo..(continuará)
*Nombre de un personaje femenino que aparece en la obra de literatura juvenil "El museo de los sueños", de Joan Manuel Gisbert, al que he pretendido hacer un modesto homenaje..
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