Ayer colaboré con la sociedad de consumo, participando en un estudio de mercado. Tuve que firmar un contrato de confidencialidad, por lo que sólo me dejan decir que trataba sobre una marca de helados. La planta primera de aquel hotel madrileño estaba poblada por publicistas gafapasta, ellas con pinta de becarias y ellos, hipsters de voz cansada, como si fueran viejos comunistas obligados a hacer algo que fuera en contra sus principios. Desde hace algún tiempo, cuando voy de visita a Madrid, me siento más de pueblo que nunca. Y me gusta sentirme así, aunque viví allí diez años. Por la calle Fuencarral, siempre comercios nuevos de ropa modernísima, extranjeros superestupendos y nativos a la última. Me producen sopor e indiferencia. Me aburre el rollo urbano. Al final de la sesión, una vez que rellené los test, me dieron como pago una tarjeta de regalo del Corte Inglés, supongo que pensada para que siga siendo un consumidor responsable, y me la gaste en helados. Se cierra el círculo. Como perro que se alimenta de perro. Y can agradecido, ha sido lo más parecido a un trabajo en dos años de desempleo. Colaborar con el marketing y la publicidad, para que el sistema rule. Y para que nos demos caprichos momentáneos, pequeños placeres de supermercado. Podría ser peor, podría ser una campaña publicitaria de preferentes..
E l día que me ponga en serio a escribir, no va a quedar ninguna ubre llena, ni un ojo invadido por hormigas los colores de la vida blanco rojo y marrón serán la tinta de mi pluma no regresaré a la niñez más que una vez para visitar la infancia de mi padre como un viajero del tiempo. Me han engañado muchas veces me he peleado demasiado pocas he besado a escasas mujeres en la boca. Pero el día que me ponga a escribir de verdad empezaré a vengarme de la vida. Llamaré puta a la que es puta e hijo de al que fue amamantado con estiércol. Arrastrarme por el fango arrojarme desde un puente del Sena. No tiene sentido quedarme esperando sentado cuando tantos monstruos desfilan delante de mi vista. Yo no puedo seguir siendo bueno ni tal mal escritor un ser asqueroso generoso bondadoso piedras que hieren mis tobillos. He llorado demasiado con tus miserias y nadie me ha querido. Convertiré la tristeza en desprecio el perdón en ira la compasión en odio. ¿Por qué no me has amado? Ganas de golp...
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