En el fondo, todos estábamos destrozados por dentro. Bajo esa falsa apariencia de éxito social y normalidad, en realidad, echábamos mano de fármacos innombrables y religiones orientales que nos tranquilizasen, ya que nadie ni nada podría darnos las respuestas que esperábamos. Nos hacíamos especialistas en cosas vanas, más para tener temas de los que hablar y de rellenar el tiempo que por un interés de aprendizaje personal. Mirábamos mal al que se declaraba feliz, y sospechábamos que ocultaba algo oscuro, como todos nosotros. Fingíamos ser tolerantes al respetar opiniones diferentes a las nuestras, pues sentíamos una creciente irritación cuando alguien nos contradecía. Odiábamos cada vez más a la gente, pero por otro lado, la necesitábamos. Y se iba convirtiendo en algo muy común, ver en las ciudades a seres grises muy juntos en diferentes espacios y situaciones, pero que ni se hablaban ni se miraban. Nadie se comunicaba de verdad. Y las nuevas generaciones crecían amputadas del sentimiento de la empatía. El ser humano había muerto, y aún no sabíamos qué le había sustituido...
E l día que me ponga en serio a escribir, no va a quedar ninguna ubre llena, ni un ojo invadido por hormigas los colores de la vida blanco rojo y marrón serán la tinta de mi pluma no regresaré a la niñez más que una vez para visitar la infancia de mi padre como un viajero del tiempo. Me han engañado muchas veces me he peleado demasiado pocas he besado a escasas mujeres en la boca. Pero el día que me ponga a escribir de verdad empezaré a vengarme de la vida. Llamaré puta a la que es puta e hijo de al que fue amamantado con estiércol. Arrastrarme por el fango arrojarme desde un puente del Sena. No tiene sentido quedarme esperando sentado cuando tantos monstruos desfilan delante de mi vista. Yo no puedo seguir siendo bueno ni tal mal escritor un ser asqueroso generoso bondadoso piedras que hieren mis tobillos. He llorado demasiado con tus miserias y nadie me ha querido. Convertiré la tristeza en desprecio el perdón en ira la compasión en odio. ¿Por qué no me has amado? Ganas de golp...
Comentarios
Publicar un comentario