El señor Luís Bárcenas fue mi vecino de barrio durante 10 años. Yo sacaba dinero del cajero de la oficina de Bankia donde su mujer tenía millones, y pasaba junto a su portal cuando no sabía a donde ir las tardes de verano. Nunca me encontré con él, nunca me encontré ningún sobre tirado en la acera, como por descuido. Seguro que alguna vez compramos en el mismo Carrefour Expréss, me refiero a su empleada de hogar y mí mismo y echamos alguna carta en la oficina de Correos que está al lado. Universos separados por la clase social y las diferencias económicas. Aún no me explico como vivíamos en la misma dimensión del espacio-tiempo. Y encima, él es famoso y yo no. Y su portal es ahora como el Santuario de Fátima. Y mi casera seguro que se acuerda todavía de que no le arreglé los marcos de las ventanas, la tía rácana..Su marido era falangista, y yo una tarde me llevé un buen susto cuando me topé con tres energúmenos vestidos con el uniforme de la Falange, muy cerca del piso de Bárcenas. Ese hombre con patillas y pinta de cazador manchego venido a más como de repente. Nunca me miraste, cabrón, y a ti te pondrán una calle y a mí no. Y eso que yo contribuí con mis impuestos, los que tú no pagaste, a sostener el rancio barrio de Salamanca y a sus millonarias caseras viejas y leopardas. Lo único que me congratula es saber que durante una época, fui espectador de un mundo en decadencia..
El señor Luís Bárcenas fue mi vecino de barrio durante 10 años. Yo sacaba dinero del cajero de la oficina de Bankia donde su mujer tenía millones, y pasaba junto a su portal cuando no sabía a donde ir las tardes de verano. Nunca me encontré con él, nunca me encontré ningún sobre tirado en la acera, como por descuido. Seguro que alguna vez compramos en el mismo Carrefour Expréss, me refiero a su empleada de hogar y mí mismo y echamos alguna carta en la oficina de Correos que está al lado. Universos separados por la clase social y las diferencias económicas. Aún no me explico como vivíamos en la misma dimensión del espacio-tiempo. Y encima, él es famoso y yo no. Y su portal es ahora como el Santuario de Fátima. Y mi casera seguro que se acuerda todavía de que no le arreglé los marcos de las ventanas, la tía rácana..Su marido era falangista, y yo una tarde me llevé un buen susto cuando me topé con tres energúmenos vestidos con el uniforme de la Falange, muy cerca del piso de Bárcenas. Ese hombre con patillas y pinta de cazador manchego venido a más como de repente. Nunca me miraste, cabrón, y a ti te pondrán una calle y a mí no. Y eso que yo contribuí con mis impuestos, los que tú no pagaste, a sostener el rancio barrio de Salamanca y a sus millonarias caseras viejas y leopardas. Lo único que me congratula es saber que durante una época, fui espectador de un mundo en decadencia..
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