La sinceridad es un asterisco
y la mentira un e-mail.
Somos todos balas de plata
y mi corazón de oro es.
A veces pienso que el niño
se mofó de todo el mundo
incluso de mí
que soy su maldito padre.
No me han enseñado la autonomía
ni el progreso ni a trepar por la habichuela mágica
pero de nadie es ya la culpa
porque todo cambia.
Desaparecen los rostros
se olvidan las palabras
crear redes para pescar caimanes
o cefalópodos,
el placer es tuyo ahora.
y la mentira un e-mail.
Somos todos balas de plata
y mi corazón de oro es.
A veces pienso que el niño
se mofó de todo el mundo
incluso de mí
que soy su maldito padre.
No me han enseñado la autonomía
ni el progreso ni a trepar por la habichuela mágica
pero de nadie es ya la culpa
porque todo cambia.
Desaparecen los rostros
se olvidan las palabras
crear redes para pescar caimanes
o cefalópodos,
el placer es tuyo ahora.
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