Con tus flores en el pelo
la rubias trenzas parecen banderas
de países extranjeros
y ya
Lenin se ha hecho el muerto
pero creo que va a volver.
De un momento a otro,
los hechos son como las bombas,
presentes y repetitivas
creímos haber aprendido algo
y sólo pudimos enamorarnos.
Tengo tantos deseos de hablar tu lengua
de malinterpretar las palabras verdaderas
y de hacer el amor sin saliva
sólo con ideas.
Pero creo que deberé buscarte en las calles
asoladas de Kiev.
(Siempre quise ser el cantante feo de un grupo indie con nombre de ciudad extranjera)
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
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