En las cuestas de San Francisco ya no somos nadie
Steve Mcqueen por cierto, está muerto
y el poder chino se adueñó hace tiempo de mi cuerpo
¿por qué no llamas entonces a las cosas por su nombre?
ese recorrido en autobús se convirtió en tradición,
cuando el servicio público era para los pobres un trono.
Me salen versos como canciones maltraducidas del inglés
nunca estaré de moda
nunca seré popular
el chico marginado del patio
gente como yo hace evolucionar al mundo
en un garaje inventé la cura del cáncer.
Te lo dije no una, sino mil veces.
Soy el esperanto del pueblo
el latín de mi tiempo
arameo para el amor
y persa para el sexo
cubierto de velos negros
y un piercing en el ano
como para decir que ya no hay más sitio dentro para jurar.
En la gran ciudad añoro el campo
y en el mar quiero regresar.
Steve Mcqueen por cierto, está muerto
y el poder chino se adueñó hace tiempo de mi cuerpo
¿por qué no llamas entonces a las cosas por su nombre?
ese recorrido en autobús se convirtió en tradición,
cuando el servicio público era para los pobres un trono.
Me salen versos como canciones maltraducidas del inglés
nunca estaré de moda
nunca seré popular
el chico marginado del patio
gente como yo hace evolucionar al mundo
en un garaje inventé la cura del cáncer.
Te lo dije no una, sino mil veces.
Soy el esperanto del pueblo
el latín de mi tiempo
arameo para el amor
y persa para el sexo
cubierto de velos negros
y un piercing en el ano
como para decir que ya no hay más sitio dentro para jurar.
En la gran ciudad añoro el campo
y en el mar quiero regresar.
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