Quizá todo recuerdo es nostalgia. Me aburre la melancolía. Momentos que no volverán, ¿para qué recrearlos como zombis sedientos de sangre? Debí aceptar la renuncia a mis raíces, hacia una nueva patria interior encamino mis pasos y mis futuras equivocaciones. Extraños han tenido que padecer mis transformaciones de insecto; somos humanos, no robots, parece una excusa vaga. Las fronteras del silencio no ambicionan nada, se detienen en el murmullo pero en las afueras, todo es entretenimiento.
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
Como sabes, adoro las casualidades.
ResponderEliminarEntre este post y lo que te he enviado por email hay un día de diferencia. Y sin embargo... esas primeras líneas...