Nunca llegaré a nada
en este oficio de juntar palabras,
pues mi experiencia no tiene mucho de particular
ni pago comisión al dueño del Café Gijón
por instaurar en su local una Nueva Corriente Estética.
No me produce adrenalina liquidar a los guays de siempre
ni enfrentarme a modo de derby con los revolucionarios de la mesa de enfrente,
no formo parte de ninguna familia, de ninguna facción,
de ningún colectivo, asociación, partido, secta, religión, etcétera.
Un hombre solo que se sepa, no ha cambiado el mundo
no ha ganado batallas
no ha derrotado un imperio.
Doy por supuesto que ni David ni Jesucristo existieron,
o por lo menos, poetas no fueron.
Ya no quedan dictadores ni dioses a la altura de sus rapsodas.
¿Para quién escribiré una epopeya mínimamente seria,
o una elegía épica, una leyenda en verso, un mito de medio fuste?
Sólo nos queda la vida diaria en la calle,
las relaciones fugaces, el botellón recordado
las injusticias de andar por casa
la promesa implicada en la ong del momento.
Esta vida mía no da para contarla a voz en grito
sólo sirve para compartirla
como un secreto.
en este oficio de juntar palabras,
pues mi experiencia no tiene mucho de particular
ni pago comisión al dueño del Café Gijón
por instaurar en su local una Nueva Corriente Estética.
No me produce adrenalina liquidar a los guays de siempre
ni enfrentarme a modo de derby con los revolucionarios de la mesa de enfrente,
no formo parte de ninguna familia, de ninguna facción,
de ningún colectivo, asociación, partido, secta, religión, etcétera.
Un hombre solo que se sepa, no ha cambiado el mundo
no ha ganado batallas
no ha derrotado un imperio.
Doy por supuesto que ni David ni Jesucristo existieron,
o por lo menos, poetas no fueron.
Ya no quedan dictadores ni dioses a la altura de sus rapsodas.
¿Para quién escribiré una epopeya mínimamente seria,
o una elegía épica, una leyenda en verso, un mito de medio fuste?
Sólo nos queda la vida diaria en la calle,
las relaciones fugaces, el botellón recordado
las injusticias de andar por casa
la promesa implicada en la ong del momento.
Esta vida mía no da para contarla a voz en grito
sólo sirve para compartirla
como un secreto.
vicente ferrer ha cambiado una parte del mundo, ha ganado batallas y derrotado a mandatarios indios que tuvieron que pedirles que volviera por aclamacion popular.
ResponderEliminar¿Qué es eso de que nunca llegarás a nada en esto? ¿Acaso te lo has llegado a proponer? Mentalidad, amigo, mentalidad...
ResponderEliminarYo sé que me queda mucho camino, pera algún día haré algo especial con mis letras. La ciudad espera tus letras, el colectivo también... y yo espero una cerveza lenta, con espuma, y de echar años atrás y adelante como en un acordeón.
Un abrazo.
¿En qué apartado concursas? ;)
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