Como en un manglar estudio las bellas metáforas miro el vuelo de las aves y a las que están posadas en los juncos les pido una sola imagen. El recuerdo de una sensación que ya no sé cómo se llama; en el interior una muerta resucita y la lágrima revive con pretensión de comedia antigua. Si tuviera suficientes estudios y un diccionario público de palabras que sirvieran a alguien, sabría al instante cómo se llama : sólo tu nombre. Yo no sé si quiero ser naturópata o naturista biólogo, zoólogo o aventurero si llevar una mochila a la espalda con una brújula y en el pie un escorpión yo no sé si la vida es alta o baja si hay camino de vuelta o es tremenda estampa, no sé más lo que veo lo que intuyo que habita más allá de mí una geografía cubierta de plantas una marisma llena de flamencos. Y si de repente cierro el libro y no quiero escribir más, ¿se hará menos presente la vida por eso? ¿Se hará menos soportable? Sentirse en números rojos puede ser el principio de algo nuevo, me quito las gafas de sol para que me deslumbren los rayos gamma.
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
¡¡ el meneillo, el meneillo !! diría que es un video de la fiesta final de episodio de los aurones, si no fuera por la entrada final de esa mujé.
ResponderEliminarodiaba profundamente esa serie catalana, y creo que tú también...
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