Si yo recordara en esta bitácora a Córdoba tan bien como lo hace Ciudadano B, ya estaría muerto de melancolía. No me siento capaz de recorrer sus calles, también las mías, nisiquiera con la imaginación. Lo digo en serio, no tendría fuerzas para soportarlo. Ahora mismo yacería bajo una lápida del Cementerio de San Rafael.
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
Yo lo soporto -no tengo otro remedio-. Y no es una cuestión de capacidad, amigo JM-G, es simplemente que cierro los ojos y están ahí... como Freddy Crugger, los circulitos de colores o esa parte de la vida que nunca vemos.
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