Éramos un grupo de transgresores, asociados por el común denominador del humor nihilista. Por eso nos dimos un nombre en alemán, para desafiar a los filósofos de la oscuridad moral. Tan pedantes como hilos dentales de brillantes, tan poco conectados con la realidad diaria..Sólo nos soportaban los nuevos artistas de la razón demente. Y a esos les dimos puerta con un tiro en la nuca. Nos lo estaban pidiendo a gritos. Publicamos un fanzine, una octavilla para entregar en mano, ardiendo, mojada en ácido. Hacíamos daño sin ningún sentido, y después lo colgábamos en la red, para reírnos. Los niños de 15 años empezaron a copiarnos, y ahí siguen, intentando superarnos quemando a indigentes e inmigrantes. Se hicieron nazis sin conocer nada de aquella ideología, y comenzaron a apalearse mútuamente por placer. Se hicieron sadomasoquistas sin saber qué era eso. Los mandamos a exterminar a etarras y a radicales islámicos, porque su absoluta falta de ideología y de miedo a la muerte los convertía en aniquiladores natos, muy prácticos. Los terroristas no sospechaban de adolescentes imberbes que al momento, sin esperarlo de ellos, les destripaban con katanas ultra-afiladas. Utilizábamos ese exceso de energía teen para crear a justicieros chungos, populistas y populares. Pero creo que no fue nada positivo encontrarnos a nuestro líder vulgarmente empalado en una antena de telecomunicaciones sobre el recuerdo de Rosencratz y Guildenstern, que como todo el mundo sabe, también están muertos.
Éramos un grupo de transgresores, asociados por el común denominador del humor nihilista. Por eso nos dimos un nombre en alemán, para desafiar a los filósofos de la oscuridad moral. Tan pedantes como hilos dentales de brillantes, tan poco conectados con la realidad diaria..Sólo nos soportaban los nuevos artistas de la razón demente. Y a esos les dimos puerta con un tiro en la nuca. Nos lo estaban pidiendo a gritos. Publicamos un fanzine, una octavilla para entregar en mano, ardiendo, mojada en ácido. Hacíamos daño sin ningún sentido, y después lo colgábamos en la red, para reírnos. Los niños de 15 años empezaron a copiarnos, y ahí siguen, intentando superarnos quemando a indigentes e inmigrantes. Se hicieron nazis sin conocer nada de aquella ideología, y comenzaron a apalearse mútuamente por placer. Se hicieron sadomasoquistas sin saber qué era eso. Los mandamos a exterminar a etarras y a radicales islámicos, porque su absoluta falta de ideología y de miedo a la muerte los convertía en aniquiladores natos, muy prácticos. Los terroristas no sospechaban de adolescentes imberbes que al momento, sin esperarlo de ellos, les destripaban con katanas ultra-afiladas. Utilizábamos ese exceso de energía teen para crear a justicieros chungos, populistas y populares. Pero creo que no fue nada positivo encontrarnos a nuestro líder vulgarmente empalado en una antena de telecomunicaciones sobre el recuerdo de Rosencratz y Guildenstern, que como todo el mundo sabe, también están muertos.
Guaaaau.
ResponderEliminarMe gustaría saber qué te ha inspirado todo esto.
Nos veremos algún día? Evocaremos viejos tiempos, proyectaremos aquellos que aún están por venir? El ciento uno aún tiene que arrancar, y supongo que tú deberías ayudar a pisar el acelerador.
Muchos saludos, de esos hondos.
gracias, amigo genio.espero ir en el puente de diciembre a cordura, pq creo que por trabajo no podré ir en nochebuena ni navidad. me encantaría encontrarme contigo en el jazz café, que es lo más bohemio que conozco de la nueva cordura evolucionada (N.C.E.). también me gustaría redescubriros de nuevo, pq veros mayores, adultos y sensatos será un buen shock. a gema y a nuestra querida ángela ya las he visto, pero tú eres una incógnita. (bueno, no tanto. yo estoy más gordo y mayor, lo normal) un abrazo fuerte y rimbombante
ResponderEliminarSensato soy de 8 a 15. El resto del día intento siempre enloquecer un poco.
ResponderEliminarPor lo demás, yo también estoy más gordo y mayor, con más años y más sueños cada día.
Más abrazos.