Dormido sobre la colcha en la veraniega tarde Cordobesa al fresco (¡¡yaja!!) del aire acondicionado sueño que el edificio tiembla con cada explosión de un bombardeo francés. Pero llego a salvo hasta el parque acuático. Mis amigas se montan en una barca que les dará un paseo bajo los puentes toboganes mientras sus novios dormitan en el césped.
Dudo si montarme con ellas, pero veo a una morena aparentemente conocida que camina por los puentes deslizadores de plástico mojado con un remo en la mano. La sigo sin llegar a verle el rostro, inseguro de si es quien pienso, pero no recuerdo su nombre para llamarla.
Voy a dar un rodeo para sorprenderla por delante para salir de dudas. Como me conozco aquello de la infinidad de veces que lo he frecuentado, atajo alejándome momentáneamente de los toboganes y me adentro en un edificio próximo, entro en los servicios públicos y retiro una loseta con forma de ataúd de la pared, que deja ver una entrada a un iluminado sótano lleno de sucios azulejos, tuberías y termostatos. El sitio podría ser donde Freddy Krueguer tendía emboscadas a sus coleguitas adolescentes (DREAM SIESTA WARRIORS/Guerreros de la Siesta). Paso al sótano y ayudado por un sorprendido señor mayor que ha entrado al meódromo, coloco de nuevo la loseta donde estaba.
Atravesando un sucio pasillo de hospital llego a los jardines de la superficie, pero no veo a la chica morena. Aparece por allí Eve Lawrence con la piel enrojecida por el sol y vestida con un bikini y un pareo. Al parecer nos conocemos de frecuentar el lugar y, con una voz perfectamente doblada al castellano, me pregunta sobre esto, lo otro y aquello. Yo, lejos de prestar atención al hecho de conocer a una actriz porno un poco pesada, miro a mi alrededor buscando inútilmente a la morena.
Súbitamente, todo comienza a temblar. Lejanas explosiones. Los bombardeos de nuevo. Un momento, estoy despierto. Mi cuarto tiembla realmente. Son las obras cercanas.
Dudo si montarme con ellas, pero veo a una morena aparentemente conocida que camina por los puentes deslizadores de plástico mojado con un remo en la mano. La sigo sin llegar a verle el rostro, inseguro de si es quien pienso, pero no recuerdo su nombre para llamarla.
Voy a dar un rodeo para sorprenderla por delante para salir de dudas. Como me conozco aquello de la infinidad de veces que lo he frecuentado, atajo alejándome momentáneamente de los toboganes y me adentro en un edificio próximo, entro en los servicios públicos y retiro una loseta con forma de ataúd de la pared, que deja ver una entrada a un iluminado sótano lleno de sucios azulejos, tuberías y termostatos. El sitio podría ser donde Freddy Krueguer tendía emboscadas a sus coleguitas adolescentes (DREAM SIESTA WARRIORS/Guerreros de la Siesta). Paso al sótano y ayudado por un sorprendido señor mayor que ha entrado al meódromo, coloco de nuevo la loseta donde estaba.
Atravesando un sucio pasillo de hospital llego a los jardines de la superficie, pero no veo a la chica morena. Aparece por allí Eve Lawrence con la piel enrojecida por el sol y vestida con un bikini y un pareo. Al parecer nos conocemos de frecuentar el lugar y, con una voz perfectamente doblada al castellano, me pregunta sobre esto, lo otro y aquello. Yo, lejos de prestar atención al hecho de conocer a una actriz porno un poco pesada, miro a mi alrededor buscando inútilmente a la morena.
Súbitamente, todo comienza a temblar. Lejanas explosiones. Los bombardeos de nuevo. Un momento, estoy despierto. Mi cuarto tiembla realmente. Son las obras cercanas.
Hola Querido y añorado "JuanmaGenio",
ResponderEliminarmuy buen texto (desde luego, el sueño de la siesta es pesado, pegajoso)... Y muy buen título (el original es una mina, si no mira a Bergman o a Allen... Ya estás en su lista), traducción del clásico al calor cordobés)... Tú y tu Córdoba lejana y sola.
Tenemos que hablar sobre lo que me mandaste. Lo del colectivo va tomando forma. Esta semana, un pasito más... Es un regalo saberte ahí con nosotros.
Bueno, mientras tu orfeico astral sigue buscando a su Eurídice mientras tu sucumbes a la sobremesa veraniega a este lado del Guadalquivir, me doy un paso por tu ciudad imaginaria.
Un besazo.
Angela
No soy Juanma Bocangel, ULTIMATE SANTI es su hermano menor malvado, pero gracias. Un saludo.
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