En esta época oscura, cada momento de luz sirve para recordar todo lo bueno que se vivió en libertad, libre de la opresión laboral, rodeado de viejos amigos con los que se compartía gratas conversaciones, proyectos artísticos y tonterías que nos hacían reír. En esa época brillante desprovista de responsabilidades y obligaciones, sin rostros hostiles ni competitivos, sino altruistas, sin presiones de ningún tipo. No había que aparentar nada, se vivía sin disimulo. Pero llegó una época oscura y perversa, y hubo que desempolvar la armadura del abuelo
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
Comentarios
Publicar un comentario