La otra noche tuve un sueño:
BOTELLÓN, MI FILOSOFÍA
Era absurdo, son los mejores SUEÑOS, yo era actor en una obra improvisada en un gran salón de actos lleno de gente joven. En un momento, me salía a la zona de butacas, me mezclaba con la gente en los pasillos y por los bares cercanos al edificio, y les cantaba mientras caminaba:
BOTELLÓN, MI FILOSOFÍA
Al despertar, necesité contarlo, crear ideas a partir de aquello, aprovechar la energía del botellón, del encuentro social de la gente alrededor del alcohol para crear ALGO BELLO.
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