La noche pasada tuve una pesadilla muy rara. Era primavera. Iba vestido con una camisa de rayas de manga corta y pantalón de pinzas, muy formalito. Al girar una esquina me encontraba con la entrada a una especie de salón de fiestas o club nocturno. Al pie de las escaleras de bajada, Acebes se dirigía a mí y me decía que me estaban esperando, que no llegara tarde. Atravesaba un salón abarrotado de gente y mesas puestas como para una celebración, y tomaba mi sitio junto a Zaplana. A su lado estaba Letizia Ortíz. Zaplana sacaba una agenda y una papeleta electoral, y me contaba que me habían colocado el último de la lista sin preguntarme, como suplente, y que también aparecía el último de una lista para el País Vasco ó Navarra, por un truco que se había sacado de la manga para que todos pudiéramos figurar en la mayor parte de listas posibles. Se disculpaba por no haberme pedido antes la opinión. Yo le decía que sí sonriendo, aunque en mi interior me preguntaba qué carajo estaba haciendo yo en un acto del PP cuando siempre había sido de izquierdas, y qué iban a pensar mis amigos de mí cuando descubrieran que me habían colocado sin preguntarme antes en una lista de ese partido de derechas. Eso sí, me hacía sentirme importante como un recién llagado Don Nadie a la política activa. Vaya sueño..
La noche pasada tuve una pesadilla muy rara. Era primavera. Iba vestido con una camisa de rayas de manga corta y pantalón de pinzas, muy formalito. Al girar una esquina me encontraba con la entrada a una especie de salón de fiestas o club nocturno. Al pie de las escaleras de bajada, Acebes se dirigía a mí y me decía que me estaban esperando, que no llegara tarde. Atravesaba un salón abarrotado de gente y mesas puestas como para una celebración, y tomaba mi sitio junto a Zaplana. A su lado estaba Letizia Ortíz. Zaplana sacaba una agenda y una papeleta electoral, y me contaba que me habían colocado el último de la lista sin preguntarme, como suplente, y que también aparecía el último de una lista para el País Vasco ó Navarra, por un truco que se había sacado de la manga para que todos pudiéramos figurar en la mayor parte de listas posibles. Se disculpaba por no haberme pedido antes la opinión. Yo le decía que sí sonriendo, aunque en mi interior me preguntaba qué carajo estaba haciendo yo en un acto del PP cuando siempre había sido de izquierdas, y qué iban a pensar mis amigos de mí cuando descubrieran que me habían colocado sin preguntarme antes en una lista de ese partido de derechas. Eso sí, me hacía sentirme importante como un recién llagado Don Nadie a la política activa. Vaya sueño..
WAJAJAJAJAJAJA!! ¿Sueño o agradable pesadilla? Muy bueno, je. Mi sueño de esta noche también ha sido extraño. Estaba contigo y con muchos amigos y conocidos (hombres y mujeres) de ayer y de hoy, en un islote blanco lleno de casitas blancas y extrañas ruinas, y todo se iba al carajo, la isla se movía y era parcialmente cubierta por el agua a ratos, desconocidos se alejaban por el mar a caballo, una extraña y enorme cabra se me acercaba, mansa pero temerosa, para que la acariciase, y tenía diálogos absurdos con la gente que conocía, mientras algunos intentaban salvar unas absurdas pertenencias que no tenían sentido que estuvieran allí. Por último se iba la luz, (en una isla a pleno dia!! se apagaba el extraño Sol eléctrico!!) y unas señoras intentaban pasarnos lista para ver quién habia desaparecido en un confuso caos. la sensación no era de agobio, más bien de desconcierto.
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