NADIE SABE QUE EN EL INTERIOR DE LAS ALCANTARILLAS, UN NIÑO MUERTO CANTA. BOMBAS DE LA GUERRA CIVIL SIN EXPLOTAR LE SIRVEN DE COLCHÓN MULLIDO. ESCOMBROS DE VIVIENDAS EXPROPIADAS FORMAN CATEDRALES DEL SUEÑO. EL CRÍO REZA POR NOSOTROS CADA NOCHE SIN SOMBRAS.
Hoy, querido amigo, deberíamos olvidarnos de todo para así darnos la mano tranquilos. Recuerda esos momentos en la muralla embriagados en nuestras confidencias parecían palabras de otro tiempo mas cuanto daño nos hicieron. Si sólo nos unía la mala suerte ¿por qué la convertimos en pose de fracaso?. Otros confundían nuestros nombres alguien nos dijo que simulábamos ser hermanos en la lejanía todo se confunde todo debería ser perdonado. Nunca volverá ser lo mismo, lo sé la vida parece tener otros propósitos ajenos a antiguas aventuras. En el relativismo que a veces odio se encuentra la perfecta excusa para alejarse e instalarse en el eterno desencanto. Las películas que ahora se ven en la soledad de un cine vacío ya no nos dicen lo mismo aunque las estrellas sean las de siempre sus rostros parecen haber cambiado. Somos mejores cuando escribimos torcido somos mejores cuando fotografiamos espectros. Los insultados han creado un mundo más habitable. Pero la sinceridad se vende caro cuando l
estas cinco líneas son poderosísimas, quizá (lamentablemente, es el tiempo que nos toca) no en la conciencia social pero sí que agita sonajeros en nuestro interior. el niño debe tener los labios desgastados de rezar.
ResponderEliminarun saludo
Bonito y oscuro. Me recuerda a la letra de Emilio el Pozero, de Pabellón Psiquiátrico, pero todavía más negro.
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