NADIE SABE QUE EN EL INTERIOR DE LAS ALCANTARILLAS, UN NIÑO MUERTO CANTA. BOMBAS DE LA GUERRA CIVIL SIN EXPLOTAR LE SIRVEN DE COLCHÓN MULLIDO. ESCOMBROS DE VIVIENDAS EXPROPIADAS FORMAN CATEDRALES DEL SUEÑO. EL CRÍO REZA POR NOSOTROS CADA NOCHE SIN SOMBRAS.
E l día que me ponga en serio a escribir, no va a quedar ninguna ubre llena, ni un ojo invadido por hormigas los colores de la vida blanco rojo y marrón serán la tinta de mi pluma no regresaré a la niñez más que una vez para visitar la infancia de mi padre como un viajero del tiempo. Me han engañado muchas veces me he peleado demasiado pocas he besado a escasas mujeres en la boca. Pero el día que me ponga a escribir de verdad empezaré a vengarme de la vida. Llamaré puta a la que es puta e hijo de al que fue amamantado con estiércol. Arrastrarme por el fango arrojarme desde un puente del Sena. No tiene sentido quedarme esperando sentado cuando tantos monstruos desfilan delante de mi vista. Yo no puedo seguir siendo bueno ni tal mal escritor un ser asqueroso generoso bondadoso piedras que hieren mis tobillos. He llorado demasiado con tus miserias y nadie me ha querido. Convertiré la tristeza en desprecio el perdón en ira la compasión en odio. ¿Por qué no me has amado? Ganas de golp...
estas cinco líneas son poderosísimas, quizá (lamentablemente, es el tiempo que nos toca) no en la conciencia social pero sí que agita sonajeros en nuestro interior. el niño debe tener los labios desgastados de rezar.
ResponderEliminarun saludo
Bonito y oscuro. Me recuerda a la letra de Emilio el Pozero, de Pabellón Psiquiátrico, pero todavía más negro.
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