NADIE SABE QUE EN EL INTERIOR DE LAS ALCANTARILLAS, UN NIÑO MUERTO CANTA. BOMBAS DE LA GUERRA CIVIL SIN EXPLOTAR LE SIRVEN DE COLCHÓN MULLIDO. ESCOMBROS DE VIVIENDAS EXPROPIADAS FORMAN CATEDRALES DEL SUEÑO. EL CRÍO REZA POR NOSOTROS CADA NOCHE SIN SOMBRAS.
A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...
estas cinco líneas son poderosísimas, quizá (lamentablemente, es el tiempo que nos toca) no en la conciencia social pero sí que agita sonajeros en nuestro interior. el niño debe tener los labios desgastados de rezar.
ResponderEliminarun saludo
Bonito y oscuro. Me recuerda a la letra de Emilio el Pozero, de Pabellón Psiquiátrico, pero todavía más negro.
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