Ir al contenido principal

GRITOS EN EL METRO

Jodorowsky-------------->


Ayer, mientras escapaba del trabajo y escuchaba música en el interior del metro, se me ocurrió que todos vamos mirando al suelo, grises y reprimidos. ¿Por qué no podría yo comenzar a dar gritos que se convirtieran en una canción improvisada a capella, y de repente, transformar la rutina en belleza o en confrontación pacífica?. Sin ser un intercambio comercial, sin atacar a nadie. O montar una coreografía, o una lectura de poemas...
Bailar por los pasillos del Subterráneo, pasando del pudor y la vergüenza, y expresarse en este mundo que suele aplastar el talento o simplemente la individualidad. Sería tan fácil expresarse en ese espacio, huyendo de sacar dinero, sólo por hacerlo sin más.
Algunos colectivos lo ha hecho, algún loco también.

¡Viva la improvisación del acto poético!.

Comentarios

  1. Rebelión bajo el asfalto gris, je.

    ResponderEliminar
  2. alguna vez lo ha pensado, todos iriamos mas felices hasta nuestro destino, nos entretendriamos y ademas seria algo distinto... pero a mi la timidez me paraliza.. ji ji

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DIVA SECRETA

N o la conoces pero ella sabe tu nombre. Es de esas personas por las que muchos morirían o se matarían. No es sobrehumana tiene defectos pero deja una marca que cuesta borrar. Es una reina que no ejerce pero se encuentra con súbditos por todas partes. Practica una suerte de hipnosis o de sortilegio oculto palabras en un idioma que solo ella susurra en tu oído. Tranquiliza saber que esta alegría este sufrimiento es ampliamente compartido. Me he propuesto disfrutar de su presencia mientras dure el hechizo. Porque mañana no estará ni habrá posibilidad de conocer su paradero. Somos varios los que nos encontramos en un lugar secreto, y al decir un código que todos hemos pactado, deseamos que ella haga acto de presencia. Pero solo nos queda la leyenda. A D.

VIDEOCLUB DE LA FUENSANTA

A pagó el teléfono para que ningún conocido le volviera a recordar que la mejor película era El Padrino, o El Resplandor, o 2001. Fuegos fatuos. La mejor película era aquella en super-8 en la que salía su abuelo. Un clásico inolvidable aquella cinta VHS alquilada por 1 euro en La Fuensanta. Su hermano saliendo de casa a horas extrañas para traer una peli de serie b casi inencontrable. Disfrutarla juntos y después comentarla. No quiero a Stanley Kubrick hurgando en mi cabeza. Las películas que me gustan me las grabo yo de la tele. Cuánto más raras, más familia. Señor, llévame a Barsoon pronto...

Brevis Introductio in Alterlingua

 https://youtu.be/lQ5SOL_LsWE