Joan Laporta y la junta directiva del Barça
Esta noche he soñado con un asunto un tanto peculiar y bastante costumbrista en la España de hoy en día. Yo formaba parte del grupo de personas que acompañaban a Joan Laporta, el presidente-político nacionalista del Barça, que se encontraba en Madrid para cerrar un negocio inmobiliario. Laporta era un enamorado del parque del Retiro, y su idea era un tanto peregrina, pero posible en un sueño, claro. Soñaba con comprar un edificio de Gran Vía, desde cuyas ventanas se contemplara toda esta famosa avenida, la calle Alcalá, la Cibeles, la Puerta de Alcalá hasta llegar a una zona muy determinada del Parque del Retiro. Obviamente, el club culé no podía permitirse comprar todos los edificios que componían esa ruta, pero Laporta, asomándose por una ventana, pretendía que esa vista única fuera propiedad de su equipo, como si pudieras privatizar el espacio que rodea el exterior de tu vivienda particular. En este sueño, la Gran Vía era mucho más espectacular y de color blanco brillante. Además, el Retiro era mucho más grande que en la realidad, y estaba más cerca de esta avenida, se podía contemplar desde el mismo centro de la calle. Era como una mezcla de Barcelona, Madrid, Milán, Londres, etc..
*Particularmente, detesto el fútbol y todo el circo que le rodea, y Laporta no me cae ni bien ni mal, aunque le soporto poco sus ínfulas independentistas catalanas. Sobre el negocio inmobiliario, me queda muy lejos aunque sé que se mueven toneladas de dinero en Madrid.
En lo único que puedo relacionar al Barça con esas calles madrileñas, es que hace poco estuve hablando con un amigo sobre cursos de catalán en el centro cultural Blanquerna, que está en Alcalá esquina con el Círculo de Bellas Artes.
Esta noche he soñado con un asunto un tanto peculiar y bastante costumbrista en la España de hoy en día. Yo formaba parte del grupo de personas que acompañaban a Joan Laporta, el presidente-político nacionalista del Barça, que se encontraba en Madrid para cerrar un negocio inmobiliario. Laporta era un enamorado del parque del Retiro, y su idea era un tanto peregrina, pero posible en un sueño, claro. Soñaba con comprar un edificio de Gran Vía, desde cuyas ventanas se contemplara toda esta famosa avenida, la calle Alcalá, la Cibeles, la Puerta de Alcalá hasta llegar a una zona muy determinada del Parque del Retiro. Obviamente, el club culé no podía permitirse comprar todos los edificios que componían esa ruta, pero Laporta, asomándose por una ventana, pretendía que esa vista única fuera propiedad de su equipo, como si pudieras privatizar el espacio que rodea el exterior de tu vivienda particular. En este sueño, la Gran Vía era mucho más espectacular y de color blanco brillante. Además, el Retiro era mucho más grande que en la realidad, y estaba más cerca de esta avenida, se podía contemplar desde el mismo centro de la calle. Era como una mezcla de Barcelona, Madrid, Milán, Londres, etc..
*Particularmente, detesto el fútbol y todo el circo que le rodea, y Laporta no me cae ni bien ni mal, aunque le soporto poco sus ínfulas independentistas catalanas. Sobre el negocio inmobiliario, me queda muy lejos aunque sé que se mueven toneladas de dinero en Madrid.
En lo único que puedo relacionar al Barça con esas calles madrileñas, es que hace poco estuve hablando con un amigo sobre cursos de catalán en el centro cultural Blanquerna, que está en Alcalá esquina con el Círculo de Bellas Artes.
Tus sueños empiezan parecerse al Telediario!!
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