Hace una semana soñé que visitaba la casa de una antigua compañera de trabajo, fresca aún en mi recuerdo porque hacía poco que no la habían renovado y se había marchado, no como un técnico instalador, sino como un amigo. Ella me recibía muy cambiada, con mechas rubias en el pelo, un top ceñido de veinteañera (ella tiene casi cuarenta) y bastante atractiva en general. (Puedo jurar y perjurar que en la vida despierta nunca sentí ninguna atracción por esta compañera). Me enseñaba el calentador de butano porque se le había averiado por si podía echarle una mano. (Este tema también era recurrente en mi vida despierta, porque tenía que llamar al revisor del gas esa semana).Lo que me llama la atención es como se mezclan sin ningún pudor las diferentes temáticas de los sueños y hacen que la nueva trama parezca coherente.
A veces pienso si hay alguna razón por la que recordemos unos sueños y no otros, si existe alguna reflexión o cuenta pendiente que tengamos que ajustar con nosotros mismos en la vida despierta y el sueño puede ayudarnos a resolverla. Es curioso.
En los canales locales ponen de madrugada muchas películas que empiezan igual!!
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