UN PARIA EN EL BARRIO DE SALAMANCA, MADRID

Soy un paria, un pobre, un rojo, uno que parece sudamericano, uno que no lleva un jersey sobre los hombros, un outsider que vive y anda por las calles del barrio más facha y aburrido de madrid. Los de la escalera exterior, los burgueses y pijos venidos a menos me miran como a un intruso, un obrero, un servil servidor, un primo de los ecuatorianos que están en sus casas, que acompañan a sus babeantes ancianos. A ellos les sobra el dinero, tienen pedigrí como sus perros, se codean con.., se rejuntan con las momias cadavéricas que almuerzan en el vip´s enjoyadas y con sus abrigos de animales muertos que claman al cielo de los visones asesinados. Seguro que conocéis a todos esos frikis peperos y falangistas de los salesianos y maristas, del flequillo lacio, del acento nasal, del paddel y su puta madre que pululan sentados en bancos de este barrio fascinante, seguro que conocéis a las neopijas de culo gordo y collar de perlas siempre colgadas del móvil y de un forfait en navacerrada, monstruos anormales en un país de clase media, atolondrados especímenes robotizados de empresariales ellos y derecho ellas. ¿Qué hemos hecho para merecerlos e imitarlos como nuevos ricos avant´la lettre?
Ahora que somos una país, una ciudad avanzadísima, desarrolladísima, donde cada vez hay más pobres endeudados, donde cada vez hay más distancia entre ricos y pobres, donde los beneficios sociales a pesar de los altos impuestos no se notan, donde los de izquierdas son de derechas en la economía y los de derechas son derechísimas, donde nuestra presidenta de la comunidad no llega a fín de mes con el sueldo de 8000 eur mensuales que yo ayudo a pagar, donde el megalómano-melómano del alcalde se corre cada vez que se escucha a sí mismo en una inauguaración de más túneles, ahora que soy un paria en este barrio de salamanca lleno de tiendas y frikis pijoteros, yo os digo : parias de la tierra, uníos. negros, gitanos, sudamericanos, rumanos, uníos. prostitutas, sidosos, dependientes y cajeras de supermercado, asistentas, limpiadoras y obreros, pensionistas y niños moros tirados en las calles, okupas y apolíticos, uníos todos y enseñadles quienes sóis, EL MUNDO REAL.