INTRO
¿Quién quiere llegar antes a ninguna parte?
¿Tú te apuntas?
Hoy contemplo camiones militares que a la costa se dirigen
Para ver el mar.
Hoy no podemos matar a los árboles con balas regadas en uranio.
Miramos a los indígenas y nos quedamos con el brillo de sus ojos.
A pecho descubierto buscamos el Amor.
Hoy nuestros cañones no apuntan al Cielo.
Tenemos madres tenemos novias tenemos hermanas tenemos hijas.
Somos puros.
Desnudos yacemos sobre la fresca yerba.
Sólo se debe vivir.
Tu mirada es
Comparaciones adversas
Teníamos todos 3 años
Inocentes y cariñosos
Como el ámbar
Como los zaguanes
Como el dios de la infancia.
Recuerda :
Enero en los árboles,
Las líneas telefónicas nuevas,
Golosinas,
Y las fiebres que el heno causaba.
Tú en un automóvil hacia Cádiz,
Embriagado de pensamientos,
Girasoles con moscas dentro,
Agentes aniquiladores de macetas
Y un sol en su rincón del grabado.
A los jeques árabes en la pantalla,
Carentes de la personalidad de Jesucristo en la cruz,
Qué buen actor el cristiano
Se ven muy bien las masacres antiguas de la Iglesia,
Ellos los curas nos decían que éramos nosotros
El Vaticano para quitarse sus pulgas de encima.
Y qué me dices del secula-seculorum,
Tan cercano al bip-bop-polula.
Ay el incesto de los predicadores
En las cuadras llenas de ratones,
Donde el sonido de las cópulas
Llegaba al interior de la clase
Como piar de gorriones
Inocentes y curiosos
Los niños de tres años.
Los niños de tres años no temen a la muerte del alma.
El eco
Todas las cosas que han cambiado en la última semana.
No se me ocurre volver sobre mis pasos
A averiguar qué demonios ha pasado.
Quedan tan sólo sonidos espectrales
En la esquina en frente del alma.
¿Alma?
He olvidado recopilar los trozos de la memoria
Que permanece,
Pero lo que nunca retorna,
real parece.
Y cierto es.
Ya me da igual.
Hazlo verdadero si no vuelve más,
Porque el sonido espectral
Es eco vivo del destino.
Trinidad, la reina del porno
No hay cielo sin ti,
Hay mares reflejados en tus pupilas.
Te quiero, mujer,
Pudiste ser mi madre o mi amante.
Pude refugiarme con mi semen en tu vientre
Y Ser tuyo,
Vivir en tu goce,
Y ahora recordarte cuando ya no estás
Cuando he descubierto que estás muerta.
Tu imagen es mi religión
Querré fundirme siempre en el amor que me diste.
Aunque en este mundo ya no habites.
Una buena pelea
Las estrellas no saldrán esta noche para que tú las veas :
No hay humor para hacer el amor
Cuando un agricultor
Desesperado el harakiri se hace por televisión.
Un palestino recibe un balazo en la cabeza delante de todos
Apuñalan y matan a una ministra en un centro comercial,
Delante de los escaparates,
Un hombre-bomba destroza y mutila a cientos
En una discoteca,
Y las torres, también las torres.
El papa farfulla y su reloj de pulsera cuenta los segundos
Que le quedan,
Y un presidente latinoamericano con casco y fusil en mano
Defendiendo con sus gafas rotas las cenizas de la democracia.
No hay ningún humor para salir a la calle,
A no ser en busca de pelea.
El miedo y el asco me suben de las entrañas
Pero no se convierten en ruido intelectual,
Sólo en grito
En grito sin identidad.
Querido aparato
Ver la tele por la noche como único consuelo,
Sin una triste mano cariñosa sobre el hombro,
En soledad con el aparato ruidoso
Que fragmentos de telerrealidad nos ofrece desde cualquier parte del globo.
Todo lo que aprendemos sobre la publicidad,
Ese invento del capitalismo, o quizá ya en la época del trueque
Alguien con gruñidos al otro le vendía algo que le sobraba.
Me pica la garganta y no deseo jarabe ni tos ni nada.
Ver la tele como único entretenimiento del alma,
Que a bien nos favorece despachar una lágrima
Por el horror cotidiano de alguna familia retratada.
Ser igual que ese no me halaga.
Mi pulgar pegado a la tecla de zapear
Y más que surfear por los canales,
Me ahogo en la casquería
De la carnicería de la popularidad.
Ver la tele en busca de amigos que no traicionan,
Amistades que sortean viajes al caribe
que a ti mismo te podrían tocar,
Todo es ponerse con el celular mandando mensajes sin botella.
Qué felicidad ser masa y llorar como una magdalena
Con el drama del vilipendiado por la sociedad.
Ver la tele para no recordar que afuera el sol duele.
La calle
Debe el hombre andar equivocado
Cuando al viejo lento que no avanza quiere estrangular
Para que así muerto le ceda el paso.
Debe el hombre estar errado
Cuando al conductor que lo quiere atropellar
Por la prisa de un paso de cebra no respetar
Un tiro en la sien quisiera disparar,
También por la prisa de llegar al hoyo antes.
Debe el hombre deberse algo
Cuando espera sonrisas en las tiendas
Y palabras llenas de amabilidad
De los policías a caballo,
Y se siente nadie cuando recibe nada.
Triste se consuela sospechando
Que no es el único ignorado.
Debe el hombre caminar despacio
Sin entrar en los sitios que cierran pronto
Sin buscar a personas amigables en un intento de conversación
Sin tomarse un bebistrajo en un bar ocupado por el fútbol.
Debe el hombre ocupar la agenda que no tiene
Con ocupaciones principales y secundarias,
El ocio está mal visto ya que tiene que producir
Para ser respetado por los demás esclavos.
Y sin nada que hacer también se aburre.
Debe el hombre tener paz (dondequiera).
Retiro
Cada vez que comienza de nuevo la vieja templanza,
No se agota el presente como no se consume
La vida de ninguna de las maneras,
Por mucho que los filósofos hablen.
Por más que los poetas callen.
En el silencio del paseo
Ni siquiera se murmura ya la última palabra,
Tan inútil para los sabios :
“Se está bien en el silencio”
La España Futura
Secretamente
En las casas
En las cuevas de los ancestros
Falangistas y republicanos
Una vocinglera multitud de revolucionarios art-decò
Noche tras noche traman como derribar
A los vecinos contrarrevolucionarios del quinto.
Los Artistas
Disculpen
Perdonen
Que seamos tantos
Los que nos vestimos cada día
La camisa de fuerza.
Un poeta en la plaza
Las estrofas saltaban en su boca
Miraba el cielo sin ansia de crecer
Mas sus versos tocaban las estrellas.
No había más.
Oscuro y subterráneo
I.
En las profundidades abismales del sur
Incluso más al sur del pozo
Donde termina su evidencia
Abajo debajo de todo lo visto
Quizá donde sur no haya
Para que no se prevea fondo,
Sin destino,
Se acaba, finaliza, sucumbe
Un trozo de existencia subterránea
Que del norte goloso una vez
En sombras, escuchó hablar.
Dime ahora de dónde viene este gemido.
II.
Procedemos del Paraíso
Y ese recuerdo siempre nos acompaña.
¿No veis el rostro de un niño
cuando el mar lo ilumina?.
En los ojos del ahogado hay un castillo de arena.
III.
Libérame de la mente para ser feliz.
¿Quién quiere llegar antes a ninguna parte?
¿Tú te apuntas?
Hoy contemplo camiones militares que a la costa se dirigen
Para ver el mar.
Hoy no podemos matar a los árboles con balas regadas en uranio.
Miramos a los indígenas y nos quedamos con el brillo de sus ojos.
A pecho descubierto buscamos el Amor.
Hoy nuestros cañones no apuntan al Cielo.
Tenemos madres tenemos novias tenemos hermanas tenemos hijas.
Somos puros.
Desnudos yacemos sobre la fresca yerba.
Sólo se debe vivir.
Tu mirada es
Comparaciones adversas
Teníamos todos 3 años
Inocentes y cariñosos
Como el ámbar
Como los zaguanes
Como el dios de la infancia.
Recuerda :
Enero en los árboles,
Las líneas telefónicas nuevas,
Golosinas,
Y las fiebres que el heno causaba.
Tú en un automóvil hacia Cádiz,
Embriagado de pensamientos,
Girasoles con moscas dentro,
Agentes aniquiladores de macetas
Y un sol en su rincón del grabado.
A los jeques árabes en la pantalla,
Carentes de la personalidad de Jesucristo en la cruz,
Qué buen actor el cristiano
Se ven muy bien las masacres antiguas de la Iglesia,
Ellos los curas nos decían que éramos nosotros
El Vaticano para quitarse sus pulgas de encima.
Y qué me dices del secula-seculorum,
Tan cercano al bip-bop-polula.
Ay el incesto de los predicadores
En las cuadras llenas de ratones,
Donde el sonido de las cópulas
Llegaba al interior de la clase
Como piar de gorriones
Inocentes y curiosos
Los niños de tres años.
Los niños de tres años no temen a la muerte del alma.
El eco
Todas las cosas que han cambiado en la última semana.
No se me ocurre volver sobre mis pasos
A averiguar qué demonios ha pasado.
Quedan tan sólo sonidos espectrales
En la esquina en frente del alma.
¿Alma?
He olvidado recopilar los trozos de la memoria
Que permanece,
Pero lo que nunca retorna,
real parece.
Y cierto es.
Ya me da igual.
Hazlo verdadero si no vuelve más,
Porque el sonido espectral
Es eco vivo del destino.
Trinidad, la reina del porno
No hay cielo sin ti,
Hay mares reflejados en tus pupilas.
Te quiero, mujer,
Pudiste ser mi madre o mi amante.
Pude refugiarme con mi semen en tu vientre
Y Ser tuyo,
Vivir en tu goce,
Y ahora recordarte cuando ya no estás
Cuando he descubierto que estás muerta.
Tu imagen es mi religión
Querré fundirme siempre en el amor que me diste.
Aunque en este mundo ya no habites.
Una buena pelea
Las estrellas no saldrán esta noche para que tú las veas :
No hay humor para hacer el amor
Cuando un agricultor
Desesperado el harakiri se hace por televisión.
Un palestino recibe un balazo en la cabeza delante de todos
Apuñalan y matan a una ministra en un centro comercial,
Delante de los escaparates,
Un hombre-bomba destroza y mutila a cientos
En una discoteca,
Y las torres, también las torres.
El papa farfulla y su reloj de pulsera cuenta los segundos
Que le quedan,
Y un presidente latinoamericano con casco y fusil en mano
Defendiendo con sus gafas rotas las cenizas de la democracia.
No hay ningún humor para salir a la calle,
A no ser en busca de pelea.
El miedo y el asco me suben de las entrañas
Pero no se convierten en ruido intelectual,
Sólo en grito
En grito sin identidad.
Querido aparato
Ver la tele por la noche como único consuelo,
Sin una triste mano cariñosa sobre el hombro,
En soledad con el aparato ruidoso
Que fragmentos de telerrealidad nos ofrece desde cualquier parte del globo.
Todo lo que aprendemos sobre la publicidad,
Ese invento del capitalismo, o quizá ya en la época del trueque
Alguien con gruñidos al otro le vendía algo que le sobraba.
Me pica la garganta y no deseo jarabe ni tos ni nada.
Ver la tele como único entretenimiento del alma,
Que a bien nos favorece despachar una lágrima
Por el horror cotidiano de alguna familia retratada.
Ser igual que ese no me halaga.
Mi pulgar pegado a la tecla de zapear
Y más que surfear por los canales,
Me ahogo en la casquería
De la carnicería de la popularidad.
Ver la tele en busca de amigos que no traicionan,
Amistades que sortean viajes al caribe
que a ti mismo te podrían tocar,
Todo es ponerse con el celular mandando mensajes sin botella.
Qué felicidad ser masa y llorar como una magdalena
Con el drama del vilipendiado por la sociedad.
Ver la tele para no recordar que afuera el sol duele.
La calle
Debe el hombre andar equivocado
Cuando al viejo lento que no avanza quiere estrangular
Para que así muerto le ceda el paso.
Debe el hombre estar errado
Cuando al conductor que lo quiere atropellar
Por la prisa de un paso de cebra no respetar
Un tiro en la sien quisiera disparar,
También por la prisa de llegar al hoyo antes.
Debe el hombre deberse algo
Cuando espera sonrisas en las tiendas
Y palabras llenas de amabilidad
De los policías a caballo,
Y se siente nadie cuando recibe nada.
Triste se consuela sospechando
Que no es el único ignorado.
Debe el hombre caminar despacio
Sin entrar en los sitios que cierran pronto
Sin buscar a personas amigables en un intento de conversación
Sin tomarse un bebistrajo en un bar ocupado por el fútbol.
Debe el hombre ocupar la agenda que no tiene
Con ocupaciones principales y secundarias,
El ocio está mal visto ya que tiene que producir
Para ser respetado por los demás esclavos.
Y sin nada que hacer también se aburre.
Debe el hombre tener paz (dondequiera).
Retiro
Cada vez que comienza de nuevo la vieja templanza,
No se agota el presente como no se consume
La vida de ninguna de las maneras,
Por mucho que los filósofos hablen.
Por más que los poetas callen.
En el silencio del paseo
Ni siquiera se murmura ya la última palabra,
Tan inútil para los sabios :
“Se está bien en el silencio”
La España Futura
Secretamente
En las casas
En las cuevas de los ancestros
Falangistas y republicanos
Una vocinglera multitud de revolucionarios art-decò
Noche tras noche traman como derribar
A los vecinos contrarrevolucionarios del quinto.
Los Artistas
Disculpen
Perdonen
Que seamos tantos
Los que nos vestimos cada día
La camisa de fuerza.
Un poeta en la plaza
Las estrofas saltaban en su boca
Miraba el cielo sin ansia de crecer
Mas sus versos tocaban las estrellas.
No había más.
Oscuro y subterráneo
I.
En las profundidades abismales del sur
Incluso más al sur del pozo
Donde termina su evidencia
Abajo debajo de todo lo visto
Quizá donde sur no haya
Para que no se prevea fondo,
Sin destino,
Se acaba, finaliza, sucumbe
Un trozo de existencia subterránea
Que del norte goloso una vez
En sombras, escuchó hablar.
Dime ahora de dónde viene este gemido.
II.
Procedemos del Paraíso
Y ese recuerdo siempre nos acompaña.
¿No veis el rostro de un niño
cuando el mar lo ilumina?.
En los ojos del ahogado hay un castillo de arena.
III.
Libérame de la mente para ser feliz.
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